Los votos de los jóvenes pueden echar a Fraga de la Xunta

Los gallegos están, desde anoche, en campaña electoral para votar el próximo 19 de junio. El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, necesita conseguir su quinta mayoría absoluta en el parlamento de Santiago si quiere seguir en el gobierno y dejar en la oposición a sus adversarios socialistas y nacionalistas. A punto de cumplir 83 años, el presidente fundador del PP afronta los comicios más difíciles de su carrera política en Galicia, donde los jóvenes pueden acabar con su hegemonía que supera ya los tres lustros. Los socialistas pondrán a prueba el «efecto ZP» y Mariano Rajoy puede recibir un balón de oxígeno o sufrir un serio varapalo si el PP pierde el poder en su feudo. Fraga compite en esta ocasión con Emilio Pérez Touriño (PsdeG-PSOE) y Anxo Quintana (BNG) y, al contrario de lo que ha sido habitual hasta ahora, no es el favorito indiscutible a ocupar la Xunta. Casi todos los estudios de opinión vaticinan una sangría de votos en el partido mayoritario que le llevaría a perder los 38 escaños que necesita para mantenerse en la Xunta (en la actualidad tiene 41). Entre el 60 y el 70% de los gallegos se muestra partidario de un cambio en el gobierno autonómico pero, sin embargo, apenas un 15% cree que su deseo se convertirá en realidad en estas elecciones, según datos del CIS. El desgaste del PP, que lleva más de 20 años en el poder, y la edad avanzada de su candidato -que se desmayó hasta en dos ocasiones durante la legislatura que ahora concluye - juegan en contra del partido hegemónico. Pero socialistas y nacionalistas no cuentan en su haber con grandes bazas electorales para hacer realidad el vuelco, debido a la escasa experiencia de sus cabezas de lista. Pérez Touriño ya perdió en las elecciones de 2001 y Quintana se presenta por primera vez después de haber relevado al líder tradicional del Bloque, Xosé Manuel Beiras, en una conflictiva sucesión. El PP ha dispuesto una movilización absoluta de su operativo electoral. Cargos públicos, alcaldes y concejales actuarán políticamente como candidatos y participarán en esta campaña como si fuera la propia para animar a sus simpatizantes a ir a las urnas. De los 95.000 militantes que tiene el PP de Galicia, unos tres mil se convertirán en agentes electorales para velar por la buena marcha del proceso electoral.