Diario de León

Los manifestantes reclaman la dimisión de Zapatero y aclaman a Rajoy y Aznar

Multitudinaria exigencia para no dialogar con ETA

Alcaraz acusa al presidente de anteponer los intereses de poder a las víctimas

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Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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Cientos de miles de personas exigieron ayer a José Luis Rodríguez Zapatero que no dialogue con ETA, en una multitudinaria manifestación celebrada en Madrid. La Asociación de Víctimas del Terrorismo, organizadora de la misma, cifró en un millón de personas el número de asistentes, mientras la policía local rebajó el número a 850.000 y la nacional a 200.000. La marcha se convirtió en una muestra de rechazo a la política antiterrorista del Gobierno, después de que éste expresara su voluntad de hablar con la banda terrorista si abandona las armas, iniciativa que fue respaldada en el Congreso por todos los grupos menos el PP. Los manifestantes reclamaron repetidamente la dimisión del jefe del Ejecutivo y de Gregorio Peces-Barba y corearon gritos como «¡Zapatero, embustero!», «¡España merece otro presidente!», «¡No son presos, son asesinos!» o «¡Con la sangre no se negocia!». En sillas de ruedas En la cabecera se colocaron numerosas víctimas del terrorismo bajo el lema «Por ellos, por todos. Negociación en mi nombre no». Entre ellas, Irene Villa y su madre, María Jesús González, en sendas sillas de ruedas, como Laura Jiménez, una víctima inválida de los atentados del 11-M.; María del Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco; o Conchita Martín, la viuda del teniente Pedro Anto-nio Blanco, el primer asesinado por ETA tras la tregua. El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, cerró la manifestación con una intervención en la que criticó duramente al Gobierno. Consideró su iniciativa una «traición a los muertos» y manifestó que «ne-gociar con los terroristas sería dejar sin sentido la muerte de nuestros familiares». «Se equivocan si se creen que vamos a permanecer en silencio cuando se anteponen los intereses del poder a la memoria de las víctimas», advirtió. La plana mayor del partido de la oposición, con Mariano Rajoy a la cabeza, aclamado a su llegada con gritos de «¡presidente, presidente! y «¡torero, toreero!», acudió a la manifestación, que adquirió un carácter marcadamente político. También participó José María Aznar en calidad de víctima. Ocupó un lugar discreto acompañado por su mujer Ana Botella y su hijo Alonso y protegido por un grupo de escoltas. «¡Este sí es un presidente!», «¡Con Aznar ETA no puede!». «Sus compañeros en este supuesto proceso de paz son los del tiro en la nuca, los asesinos de casi una treintena de niños, quienes celebraron con champán el asesinato del matrimonio Jiménez Becerril» FRANCISCO JOSË ALCARAZ, presiente de la AVT

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