Dos años para integrar cinco entidades financieras autonómicas

El 16 de junio de 1990 se cerraba un proceso de fusión del que surgió la primera entidad financiera de Castilla y León, Caja España, que se convertía además en la décima caja del país. Dos años antes se había iniciado un proceso en el que cinco cajas provinciales habían decidido unir recursos y esfuerzos. Fue la aventura de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia, la más antigua, fundada en 1881; la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, fundada en 1900; la Caja de Ahorros Popular de Valladolid (1916); la Caja de Ahorros Provincial de Valladolid (1940) y la Caja de Ahorros Provincial de Zamora (1965). El proceso de fusión se inició formalmente el 22 de marzo de 1988, que evolucionaría a través de una serie de acuerdos y documentos que fueron ratificando las distintas asambleas y órganos de gestión hasta dar forma a un proyecto que, según explica Manuel Carriedo, del Centro de Documentación de la entidad, a través de una denominación «abierta, integradora y en una línea clara de funcionalidad y futuro, quiso explicitar el espíritu abierto del nuevo proyecto; mientras su nuevo símbolo, el toro, reflejaba la intensa fuerza gráfica, con un diseño claro, moderno e innovador que representa la fuerza y el dinamismo y que tan estrechamente está ligado a la herencia cultural española». Tras la adquisición de la Caja Rural Comarcal del Bierzo por la Caja de Ahorros de León en 1989; y la Caja Rural Comarcal de Carrión de los Condes en 1990 por la Caja de Ahorros de Palencia, las cinco entidades culminaron su transformación en Caja España en junio de 1990. La vocación de expansión de esta entidad recibió un impulso importante con la adquisición en 1994 de un centenar de sucursales del Banco de Fomento.