ETA se hace notar y ataca con granadas el aeropuerto de Zaragoza

ETA atacó ayer con dos granadas el aeropuerto civil de Zaragoza. Un comunicante anónimo alertó del atentado, que no provocó víctimas personales. Uno de los proyectiles estalló cerca de las pistas que conducen a la zona de aparcamiento de aviones y apenas provocó daños materiales, mientras que el segundo fue desactivado por los expertos policiales dentro del tubo-lanzadera. El aeródromo permaneció desalojado hasta primera hora de la tarde, y no recuperó el tráfico aéreo en todo el día. La banda terrorista siguió ayer el protocolo habitual en este tipo de atentados. Sobre las 11 horas, sendas llamadas anónimas al diario Gara -en euskera- y la asociación DYA de ayuda en carretera -en castellano- alertaron de que entre las 12 y las 14 horas estallarían varios artefactos en el aeródromo zaragozano, sin facilitar más datos ni mayores precisiones. Avisadas las fuerzas de Seguridad, de inmediato se activó el protocolo de seguridad del aeropuerto, que fue desalojado y al que acudieron numerosas unidades de la Policía y la Guardia Civil, expertos en explosivos de ambos cuerpos, ambulancias y otras unidades de atención médica. El único vuelo esperado por la mañana, de la compañía Ryan Air procedente de Londres y que debía aterrizar a las 13:15 horas, fue desviado a la cercana base militar, a donde fueron conducidos los usuarios que pretendían acceder a esa aeronave. El resto de los vuelos previstos para este viernes, cuatro de Air Nostrum a Madrid y Frankfurt, fueron cancelados. A las 12 horas, algunos de los participantes en el despliegue de seguridad pudieron escuchar un silbido, el de una de las granadas al ser disparada. Instantes después se pudo oír una explosión, seca y con escasa fuerza, cerca de la pista que conduce a la zona de aparcamiento de aeronaves, pero «en el exterior» del aeródromo, donde apenas provocó desperfectos, según confirmó Aena. Al cabo de una hora, los agentes localizaron en las proximidades del Canal Imperial, unos 300 metros al norte de las instalaciones aeroportuarias, una plataforma metálica sobre la que había fijados dos tubos-lanzadores de PVC, de unos 120 centímetros de longitud y 90 milímetros de diámetro cada uno. En el interior de uno de los lanzagranadas había un proyectil tipo Mekar. Expertos de la Policía y la Guardia Civil pudieron desactivarlo con facilidad. ETA puede tener algún refugioen Aragón. Esa es la sospecha de los expertos policiales, que descartan la presencia en esa comunidad de un comando estable; apuestan, en cambio, por la existencia de algún tipo de infraestructura que permite actuar al grupo itinerante que, sospechan, está detrás de los últimos atentados en Madrid y del ataque de ayer al aeropuerto de Zaragoza. Los temores vienen de lejos. La detención el pasado 17 de febrero, en Valencia, de los etarras Mikel Orbegozo y Sara Majarenas, que pensaban atentar en la capital del Turia los días previos al referéndum de la Constitución europea, permitió a la Policía descubrir su paso por localidades como Calatayud o Teruel, así como que tenían información sobre numerosos posibles objetivos de atentados, algunos localizados en Jaca o Zaragoza. Los expertos sospechan que este comando no regresa de inmediato al País Vasco o a Francia, por cuestiones de seguridad, sino que se mantiene a la espera de instrucciones en continuo movimiento entre las comunidades de Aragón o Castilla y León, en las que la banda podría contar con una red de escondrijos. El ministro del Interior, José Antonio Alonso, aseguró ayer en un comunicado que el trabajo policial «ha servido para mantener bajo control en todo momento la zona en la que se han producido estos hechos». Condenó el atentado de ayer por ser «una nueva manifestación de una violencia sin sentido» promovida por quienes «sólo entienden el lenguaje de las armas», lo que no hace sino confirmar «que hay que seguir luchando contra ETA con toda la fuerza del Estado de Derecho». Las fuerzas de Seguridad «van a seguir combatiendo como lo vienen haciendo hasta ahora, con la misma determinación, a la banda terrorista, para poner a disposición judicial a los responsables de estos hechos criminales», concluye la nota. Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, también condenó el atentado y expresó su «total repulsa y rechazo absoluto ante toda manifestación de violencia», y advirtió a los terroristas de que este tipo de crímenes o «enturbiarán la vida democrática», porque «los terroristas no tienen cabida en la sociedad aragonesa». el último atentado de ETA se vivió en Madrid el pasado 26 de mayo.