Diario de León

La incógnita sobre quién recibirá finalmente el escaño número 38 se resolverá el día 27

Fraga necesita dos de cada tres votos de emigrantes de Pontevedra

Si se repiten los resultados del 2001, ganaría el PP; con los de las europeas, lo haría el PSOE

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A. Lugilde / R. Gorriarán - redacción / madrid
León

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Casi dos papeletas para el PP de cada tres. El 65%. Esta es la proporción que necesita obtener Fraga entre los emigrantes de la provincia de Pontevedra para mantenerse en el poder. También precisa que haya 35.000 sufragios válidos o más y que el PSOE no aglutine totalmente el voto de la izquierda. Se trata de marcas «colosales», que diría Rajoy. Pero Fraga los alcanzó en sus dos últimas eleccionescomo candidato, las autonómicas de 1997 y el 2001. En cambio, con los datos de 1993 extrapolados a la actual participación y con los de las europeas del 2004, el PP no podría quitarle el disputado octavo escaño del PSOE en Pontevedra. Las puertas de la Xunta se abrirán de par en par para nacionalistas y socialistas. La importancia de estas papeletas ha ganado enteros por lo apretado de los resultados en Pontevedra, pero es una cotización virtual porque los expertos del PP y del PSOE coinciden en que es muy improbable que los resultados se modifiquen. «Misión imposible», dijo el socialista José Blanco. «Está muy jorobado», admitió una estrecha colaboradora de Mariano Rajoy. Una coincidencia de diagnóstico que se nutre de argumentos matemáticos y políticos. Los socialistas obtuvieron su escaño número ocho en Pontevedra, el último de los 22 que estaban en juego en esta circunscripción, por 8.160 votos de diferencia sobre los populares. El PP, por tanto, necesita cosechar este mismo número de papeletas en los sufragios de los emigrantes para igualar. Y a partir de ahí tiene que obtener 1,37 votos por cada uno que sume el PSOE. ¿Por qué esta diferencia? Porque de acuerdo a la ley d'Hondt, que es la que fija el criterio de reparto en el sistema electoral, los 'populares' tendrían que dividir su resultado por 11 ya que ése es el diputado al que aspiran, una vez que obtuvieron diez en los comicios del domingo. Mientras, los socialistas dividen su resultado por ocho porque el último diputado al que aspiran en Pontevedra es el octavo. En consecuencia, si el PSOE logra en esta provincia 6.000 votos del Censo de Residentes Ausentes (CERA), el PP necesitaría 16.410 para adjudicarse la última acta parlamentaria; si los socialistas alcanzan las 8.000 papeletas, los populares requerirían 19.160; si el PSOE suma 10.000, el PP debería obtener 21.900, y así de forma progresiva. En síntesis, el partido de Manuel Fraga tiene que acaparar el 70 por ciento del voto emigrante en Pontevedra. Las circunstancias políticas en esta ocasión son distintas. Hace cuatro años, el PP acababa de arrasar en las elecciones generales del año anterior que proporcionaron a José María Aznar una cómoda mayoría absoluta, y el PSOE, por el contrario, atravesaba sus horas más bajas, con un José Luis Rodríguez Zapatero recién elegido secretario general y desconocido para la gran mayoría incluso de sus votantes. En esta ocasión, los socialistas están en el Gobierno central, su líder se ha asentado y han desplegado en los últimos meses una amplia labor proselitista entre la colonia gallega en América Latina. Además, en las elecciones europeas de junio del año pasado, el PSOE, con el 50,4%, ganó al PP, que se quedó en el 39,3.

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