Los emigrantes avalan el cambio en Galicia

La emigración le falló a Fraga. Los populares consiguieron ayer en Pontevedra un mayor número de votos del exterior que los socialistas, pero, según los primeros datos, se quedaron muy lejos de arrebatarle al PSOE el escaño que necesitaban para recuperar la mayoría absoluta. El secretario general del PPdeG, Xesús Palmou, dijo anoche que «Fraga también ganó en la diáspora, pero no con margen suficiente como para mantener la mayoría absoluta». Al finalizar el escrutinio en Pontevedra, los populares habían obtenido 15.371 votos, lo que representa un 49,6% del voto emitido, lo que significa frente a un 46% de los socialistas, que consiguieron 13.518 papeletas. Los populares estaban muy lejos del 66% que necesitaban para sacar su diputado número once por la provincia pontevedresa que les otorgaría la mayoría absoluta para seguir gobernando. Impugnaciones del PP Tales cifras auguran que los previsibles recursos e impugnaciones que los populares interpondrán al escrutinio realizado ayer en la Audiencia de Pontevedra apenas si harán variar el resultado final. El motivo de la disputa no fue otro que la decisión de la junta elec-toral provincial de Pontevedra de declarar inexistentes más de 3.500 sufragios -cifra aportada por el coordinador de campaña del Partido Popular, José Crespo- que carecían de fecha de salida de sus respectivos países de origen. Sí tenían registrado el día en que fueron recepcionados en el aeropuerto madrileño de Barajas. La junta electoral determinó que, al carecer de la fecha del país de origen, en este caso Venezuela, no tenía constancia del momento en que se habían emitido. La resolución hizo que el ex ministro Federico Trillo, que se encontraba en Pontevedra como miembro del equipo de juristas designado por el PP, presentase a mediodía un recurso en prime time televisivo pidiendo, entre otras cuestiones, que esos votos se introdujesen en las urnas. Trillo defendió el «derecho al voto de los gallegos residentes en Venezuela». La junta lo desestimó, aunque accedió tras consultar a su homóloga central de Galicia, a que los sufragios se guardaran aparte y no fueran destruidos. Recordó que, al estar en marcha el escrutinio, la junta no podía actuar como tal, sino como una mesa electoral más. Entendió que, a la vista de esta doctrina, resolver tal cuestión excedía sus competencias Por la tarde, el PP reiteró, a través de otros dos escritos, sus demandas iniciales. Crespo pidió entonces la suspensión del escrutinio y aludió al hecho de que, si no se atendían sus reivindicaciones, su partido se reservaba el derecho de acudir a la vía contencioso electoral. El PSOE contraatacó. Ricardo Varela, secretario de organización del partido, calificó el recuento como perfecto: «Todo está normalizado salvo la actitud del PP». Durante la verificación de los votos, interventores de diversos partidos aseguraron que la junta electoral provincial había sido informada de que varios sufragios estaban acompañados por el certificado de defunción de las personas que aparentemente habían votado.