Fraga asume los resultados y no insistirá en las impugnaciones

«Como un buen demócrata», Manuel Fraga aceptó el resultado de las elecciones autonómicas, que privan al PP del poder en la Xunta de Galicia al haber perdido la mayoría absoluta, y anunció que su partido no insistirá en las impugnaciones del escrutinio. El presidente nacional, Mariano Rajoy, en una lectura optimista de los comicios, puso el acento en el éxito electoral de su formación política porque resultó la más votada gracias a que tiene «una base social muy firme». Por eso, Fraga no felicitó al socialista Emilio Pérez Touriño, ya que se considera el vencedor de las votaciones. Al intentar disimular el daño causado por la pérdida del poder, Rajoy pretende conservar la moral de su partido para evitar las divisiones internas que pueden surgir tras unos comicios adversos. «Vamos a darnos un tiempo para hablar y vamos a resolver la nueva situación que se ha producido en Galicia», dijo el presidente popular en declaraciones a los medios de comunicación durante una visita a Zaragoza. Los dirigentes del PP gallego reconocen que existe una 'fuerte marejada' soterrada entre quienes se culpan mutuamente del fracaso. El propio Fraga admitió que habrá que hacer autocrítica de las elecciones, pero se negó a hacerla en público. «Ésa me la guardo», dijo. La dirección nacional del partido confía en que las expectativas de las próximas elecciones municipales de 2007 frenen las vendetas y la organización gallega pueda mantener prietas las filas ante el riesgo de que una nueva pelea intestina dé al traste con el único poder que les queda: el de las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. Por este motivo, la cúpula popular descarta una posible escisión de los sectores rurales del partido gallego por miedo a que una nueva crisis debilite sus posibilidades electorales.