Los nacionalistas advierten al Gobierno de que su apoyo en la Xunta no le saldrá «barato»
PSOE y BNG buscan un programa «de mínimos» para gobernar
Touriño y Quintana se marcan como objetivo un nuevo estatuto con el consenso del PP
El líder de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, y el portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Anxo Quintana, dieron ayer los primeros pasos para la formación de un gobierno de coalición que tendrá como meta el progreso y la creación de empleo. El dirigente socialista, que se someterá a finales de julio a la sesión de investidura como presidente de la Xunta, se comprometió a buscar «el máximo grado de concertación» entre las fuerzas políticas para impulsar «el avance de Galicia» y la reforma del estatuto de autonomía. Una reforma que el BNG quiere que sea «ambiciosa» y que defina a Galicia como «nación», aunque Quintana se comprometió, como Touriño, a contar con el consenso de la oposición. El escrutinio de los votos de los emigrantes, que terminó a primera hora de la tarde con el recuento de los votos asignados a Orense, confirmó el reparto de escaños que arrojaron las urnas el 19 de junio y, por tanto, la pérdida de mayoría absoluta del PP, que sigue siendo, no obstante, la primera fuerza política de la comunidad. Los 25 escaños obtenidos por el PsdeG y los 13 del BNG permitirán a estos partidos gobernar durante los próximos cuatro años. Pérez Touriño subrayó que esos resultados han mostrado que hay «una clara mayoría» a favor de un cambio de gobierno «que refleje la pluralidad interna» de Galicia y se comprometió a cumplir ese mandato con un pacto de gobierno con los nacionalistas que no excluya la búsqueda de más amplios consensos «en los grandes temas», entre los que situó la reforma del estatuto de autonomía. «Será un cambio tranquilo hecho sobre lo que ya hay construido en Galicia», dijo el candidato socialista en sus primeras declaraciones tras conocer los resultados. Pérez Touriño señaló que su objetivo para esta legislatura es lograr «la regeneración democrática» y «devolver el poder a la sociedad», al tiempo que expresó su voluntad de que Galicia participe «decisivamente» en la construcción de la «España plural» con un papel de puente entre las comunidades históricas y las que accedieron a la autonomía por la vía del artículo 143 de la Constitución «desde un proyecto común de cohesión y diversidad». El portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Anxo Quintana, advirtió por su parte de que el Bloque ni busca ni ofrece su apoyo al PSdeG-PSOE, sino que juntos integrarán un «gobierno conjunto» a partir de un «programa de mínimos». El líder nacionalista ofreció en el Senado su primera rueda de prensa, tras conocerse los resultados definitivos de las elecciones autonómicas, y dijo que los nacionalistas acuden a las negociaciones con los socialistas con tres expectativas, que pasan por la aprobación de un nuevo estatuto de autonomía, la reclamación al Gobierno central de la deuda histórica y la puesta en marcha de un proyecto que permita una economía gallega «autocentrada». «Cuestión de justicia» Quintana cuantificó en 21.000 millones de euros lo que el Estado adeuda a Galicia, por una «cuestión de justicia», y anunció que exigirá el cumplimiento de los mandatos aprobados por el Congreso y el Senado para la puesta en marcha de las inversiones previstas en el «plan Galicia». La satisfacción de la deuda, mediante un proceso de diálogo, debe ser «una meta fundamental» del nuevo gobierno gallego, según Quintana. «Si algún responsable político en Madrid podía tener la ilusión de que el resultado electoral pudiera servir para que Galicia saliera barata, que la abandone», anunció el líder nacionalista antes de advertir de que el BNG cuenta con un mayor porcentaje de votos del que tiene Esquerra Republicana de Cataluña. El BNG defiende un «estatuto de nación» para Galicia aunque su portavoz reiteró este martes su compromiso electoral de contar con todas las fuerzas políticas para su reforma.