Detenido un terrorista islámico que trabajaba como albañil en un chalé del hijo de Jordi Pujol

Efectivos de la Comisaría General de Información de la policía han detenido en los últimos días a dos supuestos integristas que podrían ser miembros de la red del dirigente de Al Qaeda Abu Musab Al Zarqawi dedicada a reclutar en España muyahidines para enviarlos a Irak. Los arrestados son el argelino Mohamed Saad, de 30 años, capturado en Valencia el pasado lunes, y el marroquí Ridoune Elourma, de 28 años, detenido en la localidad girondense de Puircerdá. El magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, instructor de la denominada operación Tigris, había ordenado la busca y captura de ambos, que eludieron la persecución policial contra la trama el pasado 15 de junio. El juez les acusa de falsificar los documentos de identidad de los mártires con destino a Irak y de preparar esos viajes. Interior considera a Saad y Elourma «presuntos miembros de la red islamista vinculada a la organización terrorista Ansar El Islam», el grupo armado que con mayor contundencia -incluidos atentados y secuestros- se está enfrentando a las tropas ocupantes en Irak. Ridoune Elourma fue detenido cuando conducía el todoterreno de Marta Ferrusola, la esposa del ex presidente de la Generalitat catalana Jordi Pujol. Según informaron fuentes de la investigación, el marroquí estaba contratado en las obras de acondicionamiento de un chalet propiedad de Josep Pujol, hijo del ex líder catalán, en la localidad francesa de La Tour de Carol, en la Cerdaña gala. El sospechoso, que vivía en un chamizo junto a la vivienda, fue arrestado cuando había cruzado la frontera hacia España para comprar pintura y otros materiales de construcción. El marroquí y el argelino han sido traslados ya a dependencias de la Comisaría General de Información en el complejo policial de Canillas en Madrid para su interrogatorio y a la espera de ser puestos a disposición de la Audiencia Nacional. Once detenciones Las detenciones de estos días son continuación de la redada del pasado 15 junio en la que fueron detenidos once activistas -siete marroquíes, dos argelinos y dos españoles de origen alauí- en Madrid, Cataluña, Valencia y Andalucía. Según la policía, los detenidos entonces y ahora «constituían una red islamista de apoyo a la causa iraquí, de ideología yihadista, con conexiones en diferentes países de Oriente Medio, Magreb y Reino Unido». Todos los detenidos están relacionados con la delincuencia común (tráfico de estupefacientes, falsificación documental, robos con violencia e intimidación...). Estas actividades, sostienen los investigadores, habrían servido a la red para obtener dinero con el que financiar la «guerra santa» en Irak y enviar muyahidines al país ocupado.