Dimite la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo
El Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, elogió la trayectoria de «lealtad, dedicación y honmestidad sin tacha» de Ana María Vidal-Abarca, quien dimitió del cargo de presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo por «la politización» que se ha dividido a ese colectivo. Peces-Barba hizo público un comunicado para «rendir homenaje» a la viuda de Jesús Velasco, jefe del cuerpo de Miñones de la Diputación Foral de Álava y asesinado por ETA en 1980, quien renunció a su cargo tras haberse sentido «injustamente muy maltratada» por los actuales responsables de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. El Alto Comisionado mostró su «respeto, afecto y consideración» por la ex presidenta de la Fundación y alabó que haya tenido «una vida dedicada a la defensa de las víctimas y a la unidad de las mismas». El último acto público de Vidal-Abarca fue la entrevista que mantuvo el martes con el presidente del Gobierno dentro de la ronda de contactos de Zapatero con los representantes de organizaciones de víctimas. Tras ese encuentro, Vidal-Abarca envió sendas cartas al PSOE y PP para comunicar su decisión, y justificó el envío de las misivas a estos dos partidos porque fueron los suscriptores del pacto antiterrorista, «un instrumento muy importante» en la lucha contra ETA, que ahora está «muy maltrecho». La ex presidenta de la Fundación manifestó que había tomado la decisión de irse porque «la politización» del colectivo de víctimas «no es por lo que yo he luchado durante tanto tiempo». Vidal-Abarca comentó que «un detonante» para su salida ha sido la demanda por una presunta mala utilización de fondos de los actuales rectores de la AVT contra el equipo directivo de la misma organización del que ella formaba parte. «Tiene que ver con mi decisión, me he sentido injustamente muy maltratada».