Los socialistas reiteran que no hablarán con ningún partido que no condene la violencia
Ibarretxe afirma que el Gobierno negocia con HB y el PSOE lo niega
El PP exige a Rodríguez Zapatero que confirme o desmienta los contactos Las asociaciones de jueces cond
El PP exigió al presidente del Gobierno que confirme o desmienta unas manifestaciones del lendakari Juan José Ibarretxe en el sentido de que tanto el Ejecutivo vasco como los socialistas tienen abiertos procesos de diálogo con Batasuna. El líder de los populares mostró su desacuerdo con esa estrategia, que prueba que José Luis Rodríguez Zapatero tiene «una falta total de sentido común» porque no se puede hablar «con grupos terroristas». La Moncloa negó los contactos. Las palabras del jefe del Ejecutivo de Vitoria sobre su diálogo y el del PSOE con Batasuna motivaron una furibunda reacción del PP, y aunque Ibarretxe en ningún momento menciona que el Gobierno de Rodríguez Zapatero sea un protagonista de esos contactos, el principal partido de la oposición lo dio por hecho. Mariano Rajoy sostuvo que para vencer al «terrorismo» no hay que hablar con sus organizaciones sino actuar «como quiere la gente», es decir con la aplicación de la ley y los mecanismos del Estado de Derecho. El secretario de Justicia e Interior de los populares, Ignacio Astarloa, emplazó, a su vez, a Rodríguez Zapatero a no refugiarse en el «no sabe, no contesta» cuando se le pregunta por sus contactos con «ETA-Batasuna» y actuar con «claridad, lealtad y honestidad». Astarloa consideró que el presidente del Gobierno no tiene «ni honestidad ni lealtad ni verdad» cuando niega los contactos con Batasuna, cuantas veces se le ha consultado por ese particular. El responsable de Justicia e Interior de los populares sostuvo que Ibarretxe confirmó «con todas las letras» lo que era una sospecha: la existencia de contactos clandestinos. «Estoy hablando con Batasuna y el Partido Socialista también está hablando», manifestó Ibarretxe en una entrevista publicada por el diario bilbaíno Deia . El lendakari señaló además que el PSOE «no piensa hoy lo mismo que hace cuatro años» y «se ha desmarcado de la política de obstrucción del PP», al extremo de que «desde hace algún tiempo mantiene relaciones con Batasuna». Para Astarloa, estas manifestaciones son la prueba de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero «está negociando con ETA-Batasuna, no que vaya a negociar». Con esa estrategia, prosiguió el dirigente popular, permite que «el terror lleve la iniciativa» y deja que se convenza de que «ha acabado el tiempo de la derrota» y comienza el de «la negociación». La Moncloa niega El responsable de Justicia e Interior del PP reclamó al PSOE que dejen de «crear confusión» y regresen «a la senda» de la defensa de la ley de partidos, que permitió la ilegalización de Batasuna, y al consenso del pacto antiterrorista porque para derrotar a «las bombas y las pistolas» no hay que dialogar con quienes las tienen ni admitir «los objetivos por los que llevan años matando». Portavoces de La Moncloa negaron la existencia de esos contactos por parte del Gobierno y recordaron que la doctrina de Rodríguez Zapatero es que no habrá conversaciones hasta que ETA abandone para siempre las armas. Una precisión que compartió Ibarretxe en su entrevista ya que advirtió que sólo podrá haber diálogo con Batasuna en la mesa de partidos si no existe «la violencia de ETA ni esa especie de sustituto que es la kale borroka». El secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, Alvaro Cuesta, desmintió ayer que el Gobierno central haya iniciado un diálogo con Batasuna y advirtió a la banda terrorista ETA de que no existirán contrapartidas ni diálogo si antes no abandonan las armas. El representante socialista desmintió que se hayan producido dichos contactos entre Batasuna y el Ejecutivo central, y descartó la legalización de «cualquier partido o formación» si antes no cumplen un requisito previo: la condena expresa del terrorismo. Además, recordó al mundo terrorista que «debe perder toda esperanza» y reiteró que al Gobierno sólo le interesa una comunicación por parte de ETA, el anuncio del fin de la violencia.