Los pesos pesados del PP cierran filas para superar la crisis abierta por

El cierre de filas fue instantáneo en el PP, tras la crisis abierta por las declaraciones de Josep Piqué en las que cuestionaba el protagonismo de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana por su identificación con el pasado. Los barones autonómicos, reunidos ayer miércoles en Málaga, intentaron apuntalar la aparente unidad y dieron por superada la polémica. El político catalán, que también asistió a la segunda reunión de dirigentes del Arco Mediterráneo, se sumó al silencio impuesto por sus compañeros, a la espera de que Mariano Rajoy regrese de Singapur. La consigna general es acusar a Piqué de deslealtad y restar importancia a las consecuencias de sus palabras, sepultadas bajo el contundente comunicado oficial del presidente popular. La rectificación del político catalán ayudó a cerrar la herida y su gesto ha sido valorado en todos los ámbitos de su partido como un intento de evitar mayor daño a la organización. La casualidad llevó a Piqué a reunirse con otros barones autonómicos del PP. El líder de los populares de Cataluña asistió en Málaga a la segunda cumbre de dirigentes del Arco Mediterráneo, en la que participaron los presidentes de Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana, Jaime Matas, Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, así como el responsable del PP de Andalucía, Javier Arenas. En la rueda de prensa posterior a la sesión de trabajo, el presidente balear actuó de portavoz para asegurar que la polémica abierta por las recientes declaraciones de Piqué es un asunto «zanjado absolutamente» y se negó a hacer otros comentarios con el argumento de que «no tiene sentido» profundizar en él. «Yo le digo absolutamente lo mismo», apuntó el dirigente catalán cuando fue preguntado por los periodistas sobre la misma cuestión. Además, todos aseguraron que no habían dedicado ni un minuto a hablar del espinoso incidente durante la reunión que celebraron en Málaga. Una puerta abierta Como ellos, casi todos en el PP quieren enterrar la crisis y preservar la imagen de unidad que siempre han proyectado, aunque también es generalizada la convicción de que Piqué abrió una puerta que será muy difícil cerrar. «Aunque se haya puesto un parche para tapar el daño y evitar hacerle el juego al PSOE, lo cierto es que ahora todo el mundo sabe lo que antes solo conocíamos nosotros: que Acebes y Zaplana están cuestionados en el partido», así analiza la situación un dirigente que confía en que el debate sobre los planteamientos expresados por Piqué continúe en los órganos internos. Desde la dirección, se tiende a recriminar al presidente del PP de Cataluña su ambición y se le culpa de haber cometido un «gravísimo» atentado contra la cohesión interna por intereses personales. Fuentes de la calle Génova (sede central del PP) afirman que Piqué tiene muchos problemas en Cataluña y busca «más protagonismo en Madrid». El comunicado de Rajoy se hizo eco de este análisis porque el presidente popular advertía al dirigente catalán que no consentiría protagonismos. La figura de Rajoy «La división interna es lo peor», dicen en la cúpula popular y aseguran que el presidente impondrá su autoridad cuando regrese de Singapur. Antes de las vacaciones de verano, Mariano Rajoy convocará una reunión del comité ejecutivo donde fuentes oficiales confían en que quede resuelta definitivamente la crisis. «El daño que ha hecho Piqué con sus palabras es enorme y Rajoy tiene mucha experiencia en el partido por lo que sabe que no puede consentir problemas internos. Aunque no quieran cerrar la polémica, la cerrará el presidente», dice uno de los colaboradores del líder popular. El presidente del PP, Mariano Rajoy, afirmó ayer a que «el patio» de su partido se encuentra «limpio, claro, soleado y divertido», después de que se haya dado por zanjada la crisis provocada por las declaraciones de Josep Piqué, que vinculó con el «pasado» a sus compañeros de partido Angel Acebes y Eduardo Zaplana. Horas después, el propio presidente nacional del partido se decidía a emitir un comunicado desde Singapur avisando a Piqué de que sus palabras eran equivocadas, respaldando a Acebes y Zaplana y advirtiendo de que no permitiría que «nadie» pusiera en juego la unidad de la formación política que dirige. Ayer el líder de los populares se encargaba de haceer unas declaraciones con las que respaldaba el mensaje de que esta crisis debe darse por cerrada y terminada: «El patio ya está limpio, claro, soleado y divertido», concluyó.