Un viajero del autobús número 30 afirma que vio a un terrorista suicida
El múltiple atentado no hará a los londinenses ser más vigi-lantes sobre los pasajeros del transporte público o sobre los paquetes sospechosos. La expe-riencia de años de terrorismo del IRA les ha hecho ser pre-cavidos y cuidadosos con esas cosas. Por este motivo Richard Jones, uno de los pasajeros del tristemente ya famoso autobús número 30, recordaba a un ner-vioso joven que tuvo al lado el jueves. Según Jones, ese joven era uno de los terroristas y que se inmoló a su paso por Tavis-tock Square. Jones, un asesor en informáti-ca de 61 años de edad, explicó a la BBC cómo vio en el autobús a un viajero que se comporta-ba de una manera sospechosa, manoseaba algo que llevaba en una bolsa y parecía encontrarse muy nervioso. «Enredaba en una bolsa» «Estaba de pie a mi lado con una bolsa en sus pies y no hacía más que hurgar en su interior, me enfadé bastante con él, ya que el autobús estaba abarrota-do de gente -continuó-, todo el mundo estaba pegado cuerpo a cuerpo y este individuo no ha-cía otra cosa que enredar en su bolsa». Al final Jones se apeó del autobús número 30, que había tomado en Euston por la suspensión del metro, aunque no había llegado a su destino. Anduvo un par de metros y se produjo un enorme estallido. Las palomas volaron asustadas. Cuando se dio la vuelta, el bus de dos pisos ya no tenía techo. El enfermero Terence Mutasa, de 27 años, contó también que dos chicas heridas indicaron cómo vieron a un chico que se sentó y al instante explotó. Ian Blair, el jefe de Scotland Yard, insistió en que «no hay nada que sugiera que los ata-ques fueron cometidos por suicidas». «De todos, en este punto de la investigación, no puede descartarse ninguna hipótesis», añadió. Después de que el día anterior la policía sólo había confirmado dos muertos, ayer aumentó esa cifra a trece.