Carreteras entre siglos La investigación se ampliará a toda la zona para saber si hay más vestigios

El laberinto de arterias subterráneas salió a la luz durante los trabajos que se están llevando a cabo en la carretera que une La Garandilla y Trascastro, que en su trazado más amplio enlaza Astorga y Pandorado. Se da la circunstancia de que esta carretera ha sido polémica desde que fue proyectada, puesto que el trazado original preveía ejecutarse junto a la calzada romana que se extiende por la margen derecha del río Omaña. Las protestas vecinales, que también hacían mención a los destrozos ocasionados en una zona de baño del mismo cauce, pararon el proyecto tal cual se había programado. El arqueólogo de la Junta, Julio Vidal, afirmó que ha pedido a la empresa que hace la carretera (Coprosa) que evite tocar el hallazgo. Uno de los asuntos que todavía están pendientes de solucionar es revisar la zona donde ha aparecido el hallazgo para conocer si existen evidencias arqueológicas que complementen las galerías, caso de canalizaciones para trasladar el agua. Aunque se trata de una hipótesis todavía sin confirmar, una imagen de satélite de la zona permite ver una especie de manchas blancas en las laderas donde se encuentran los pasadizos. Podría tratarse de canales para desplazar el agua desde la parte alta de la montaña, lo que vendría a apoyar las informaciones que apuntan a que los vestigios corresponden al método ruina montium . Como se observa, la imagen está cortada a la mitad por el trazado de la carretera. En la parte inferior se puede ver el sinuoso discurrir del río Omaña. En la superior, las manchas blancas que salpican casi toda la ladera montañosa que limita con el nuevo vial en construcción.