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Como líder de la banda, fue partidario de sangrientos atentados como el de Hipercor en 1997

ETA expulsa a Pakito, su dirigente histórico, por pedir el fin de la lucha

Cinco miembros de la banda firmaron una circular en la que apostaban por el fin de la violencia

Pakito fotografiado en los juzgados en marzo

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efe | madrid

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La expulsión de la banda terrorista de Pakito y de otros cinco reclusos por pedir el abandono de la violencia. Según varios medios de comunicación, Pakito, dirigente de ETA durante quince años hasta su detención en Bidart en 1992, y los presos Ignacio Aracama, Makario , Ignacio Bilbao, Iñaki Lemona , Carlos Almorza Arrieta, Kepa Solana Arrondo y Koldo Aparicio Benito han sido expulsados de ETA y del colectivo de reclusos tras firmar una carta en la que apostaban por el final de la lucha armada. La expulsión de ETA de Francisco Múgica Garmedia, Pakito , es la segunda que se produce entre los tres miembros del llamado «colectivo Artapalo», nombre que recibía la cúpula de la banda terrorista desarticulada en Bidart (Francia) en 1992 y que dirigió la organización en su etapa más sangrienta. Pakito ha manifestado la inutilidad de la lucha armada y el uso de la violencia. La expulsión de la banda terrorista de Pakito y de otros cinco reclusos por pedir el abandono de la violencia. El «colectivo Artapalo» estaba formado, además de por Pakito, por José María Arregi Erostarbe, Fiti , y por José Luis Alvarez Santacristina, Txelis , quien fue expulsado de la banda en septiembre de 1998 por «falta de disciplina», por haber aireado sus discrepancias ideológicas y por haber liderado un «intento de escisión» en el seno de la organización. Pakito y Txelis mantuvieron discrepancias durante su etapa al frente de ETA, ya que mientras el primero, jefe del «aparato militar», era partidario de acciones muy sangrientas, como el atentado contra el centro comercial Hipercor de Barcelona en 1987, en el que murieron 21 personas; el segundo, responsable del «aparato político», prefería asesinatos selectivos. Sin armas Los dos han terminado por renunciar al uso de la violencia y por abogar por el uso exclusivo de la vía política, lo que ha determinado su expulsión de ETA, que a lo largo de su historia ha retirado la militancia, independientemente de la posición que hubieran ocupado en el seno de la banda, a quienes, tras ser encarcelados, se han replanteado la conveniencia de la lucha armada. En el caso de Txelis, sin embargo, ETA fue algo más «tolerante» con su antiguo dirigente, y su expulsión no se produjo hasta varios años después de que comenzara a manifestar su distanciamiento de la violencia, mientras que Pakito ha sido excluido de la organización después de suscribir, junto a otros cinco reclusos etarras, un único documento en el que se proponía el abandono de la armas. Txelis afirmaba en la década de los noventa que la lucha armada no tenía sentido. «El pueblo vasco no quiere más lucha sangrienta, del mismo modo que no quiere la imposición de la nación y de la sociedad». El Gobierno dijo ayer que la única salida posible de ETA es que deje definitivamente las armas. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó que el Ejecutivo «una vez más, sólo espera de la banda terrorista que abandone definitivamente las armas, que deje definitivamente la violencia». De la Vega reiteró que para el Ejecutivo «uno de sus retos», quizás «uno de los más importantes», es terminar con el terrorismo en España. Por su partel, la formación de EB, en boca de su portavoz de la Presidencia de EB, Mikel Arana, consideró que las expulsiones de la banda terrorista ETA de un grupo de presos partidarios de dejar las armas «sólo tienen un valor simbólico de cara a mantener unida a ETA en su propia estructura». No obstante, para Arana «la apuesta por la superación de la violencia y el cese de lucha armada responde a un sentimiento mayoritario de la izquierda abertzale». El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, con motivo de la expulsión de ETA de Pakito y otros cinco presos por pedir en una carta el abandono de las armas, mostró su «convencimiento» de que esta reivindicación es «mayoritaria» entre el conjunto de reclusos de la banda terrorista. Zabaleta comentó que esta oposición mayoritaria «se pondría en evidencia, en una medida en contra de aquellos objetivos por los cuales pretendidamente se inició».