Rajoy apuesta por su línea de oposición para ganar las elecciones

Mariano Rajoy expresó ayer al Comité de Dirección del PP que insistirá en su línea de oposición, aunque les llamen «radicales» e «intransigentes», porque es el camino para conseguir el triunfo en las elecciones autonómicas del 2007 y las generales del año siguiente. El presidente popular dio asimismo por zanjada la polémica por las declaraciones de Josep Piqué en las que aseguró que Acebes y Zaplana representaban el pasado. Frente a aquellos que, como hizo el líder catalán, preconizan un giro al centro del PP, Rajoy apostó por seguir la estrategia actual, que en su opinión ha colocado al PP en disposición de ganar no sólo unos futuros comicios, sino también de vencer si se celebrarán hoy mismo. En una rueda de prensa posterior, Acebes aseguró que las encuestas que maneja sitúan a los populares a una distancia de tan sólo 2,5 puntos de los socialistas, lo que demuestra que éstos «no han conseguido abrir brecha». El secretario general concluyó: «Estamos en condiciones de ganar las elecciones». Unidos en busca del triunfo Con estos datos, tanto Rajoy como su «número dos» pretendían calmar y dar ánimos a la dirigencia popular y a quienes reclaman cambios porque creen que con el discurso de confrontación total no se puede vencer en las urnas. «No podemos renunciar a nuestras convicciones», dijo Acebes para explicar el mantenimiento de lo que algunos consideran excesiva dureza. Por ello, el presidente del PP, anunció que mantendrá su actitud beligerante con el Gobierno socialista y dijo a sus compañeros de partido que sería «una irresponsabilidad» renunciar a criticar la política exterior, el cambio del modelo de Estado o el discurso sobre el terrorismo que hace el Ejecutivo de Zapatero. La dirección «popular» acusa a los socialistas de pretender excluir del debate político asuntos fundamentales, cuando -según dice Acebes - el Gobierno ha rechazado los acuerdos que les ofreció Rajoy, en su día, para suscribir pactos de Estado en estas materias. Según el secretario general, el PSOE busca acallar las voces críticas de los populares «mientras asistimos al desmantelamiento de España» por culpa de los estatutos de autonomía.