Aznar acepta viajar al Sáhara en un claro desaire al Gobierno

José María Aznar aceptó ayer una invitación del secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, para visitar los campos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), en un claro desafío a la política de acercamiento del Gobierno a Marruecos. El ex presidente del Gobierno no se entrevistó nunca con el líder polisario durante los ochos años que estuvo en La Moncloa. El encuentro tiene lugar en un momento en el que las relaciones hispano-marroquíes han mejorado sustancialmente tras la llegada al poder de los socialistas, pero el largo contencioso del Sahara ha vuelto al primer plano y amenaza con deteriorarlas de nuevo. Abdelaziz calificó la situación allí de «explosiva y alarmante» como consecuencia de la «represión brutal» de las autoridades marroquíes contra los civiles saharauis que se manifiestan pacíficamente «reivindicando sus derechos legítimos a la autodeterminación y libertad». La negativa de Rabat a dejar entrar en el Sahara a varias delegaciones españolas que querían conocer in situ lo sucedido ha provocado numerosas protestas. Cruce de acusaciones El diputado y secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, acusó al Gobierno de Zapatero de tomar partido por Marruecos y abandonar la política de neutralidad activa respecto al conflicto que ejerció Aznar cuando estuvo en el poder. Abdelaziz se entrevistó también con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que destacó la importancia de que una delegación parlamentaria española visite el Sahara y le indicó que el respeto de los derechos humanos es un objetivo prioritario del Gobierno. El portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó a Aznar de practicar una «diplomacia paralela» cargada de «rencor» con el objetivo de «debilitar» la política exterior española, que en estos momentos goza de «estabilidad con Marruecos».