Tras la estela del tripartito
Salvo por la inclusión de dos consellerías producto de la modernidad, Vivienda y Medio Ambiente, el nuevo esqueleto del Gobierno es casi igual al de la era Laxe
Del tripartito al bipartito, 18 años o un paso. Touriño no es Laxe ni Quintana Barreiro. Tampoco estos tiempos son aquéllos, cuando el café iba a doce duros en los bares. En cambio, el futuro esqueleto de la Xunta que ayer quedó cerrado se parece tanto al de finales de los ochenta que ambos resultan clavaditos, salvo por la inclusión en el nuevo de dos departamentos que pueden considerarse no una correción de errores del pasado, sino un mero producto de la modernidad: Medio Ambiente y Vivenda. El regreso de Montes e Incendios al área de Agricultura, la vuelta de los medios públicos de comunicación a la órbita de la Presidencia, la recuperación de Traballo como gabinete singular, las desapariciones de Asuntos Sociais, Familia, Xustiza y Emigración, el retorno a la Vicepresidencia única... Todas estas operaciones recién pactadas por la coalición poselectoral de socialistas y nacionalistas recuerdan al organigrama que PSdeG, CG y PNG implantaron el 30 de septiembre de 1987, tras desalojar del poder al popular Xerardo Fenández Albor. El entorno de Touriño sostienen que la reestructuración del Ejecutivo autónomo no se ha realizado sobre la base del esquema legado por el tripartito. En el reparto dentro del Gobierno de Laxe, al PSOE le correspondieron seis, tres a Coalición Galega y otros tantos el PNG. La proporción ahora es de dos a uno: a los socialistas les tocan una potente jefatura de la Xunta (con la CRTVG, las relaciones con la prensa privada y Política Lingüísti-ca), Presidencia, Educación, Economía, Sanidad, Trabajo, Pesca, Obras Públicas y Medio Ambiente, mientras que al Bloque le han caído una reforzada Vicepresidencia (con competencias en Relacións Institucionais y Benestar Social), Medio Rural, Industria, Cultura y Vivenda.