Muere el único niño de una aldea coruñesa al caerse a un pozo de diez metros

Cuando los vecinos del pequeño núcleo de población de Estebande, de la parroquia de San Román, en el municipio coruñés de Val do Dubra, aguardaban el comienzo de sus fiestas patronales en honor de Santa Mariña, se enteraron de que el único niño del pueblo, Martín L. E., de dos años de edad, acababa de fallecer al caerse de cabeza en un pozo de 10 metros de profundidad, en el interior de su casa. Algunos vecinos se habían acercado hasta el bar del pueblo, sorprendidos porque no habían oído las bombas de palenque con las que todos los años se anuncia el comienzo de los festejos patronales. La propietaria del establecimiento les dio la noticia de que se habían suspendido las fiestas como consecuencia del fatal accidente, lo que produjo gran conmoción entre los parroquianos de San Román. Marín L. E. se encontraba, al cuidado de su abuela, en la casa en la que vivía con sus padres, una vivienda antigua pero restaurada a unos 20 kilómetros de Santiago de Compostela. El pozo era la fuente de suministro de agua para la casa, pero se encontraba tapado con unas tablas desde que se había instalado la red de abastecimiento de agua al lugar. Estrecha embocadura El rescate del niño, que había caído en una profundidad de metro y medio de agua, no se pudo realizar hasta la llegada de un grupo de Protección Civil, uno de cuyos miembros logró descender por la estrecha embocadura hasta donde se encontraba el cadáver del niño.