Italia cierra un aeropuerto y un puerto por falsas alarmas
Dos alarmas de carácter terrorista, que resultaron infundadas, obligaron a cerrar ayer durante dos horas el aeropuerto de la ciudad norteña italiana de Bolonia y la zona industrial del puerto de Nápoles. El aeródromo boloñés Marconi fue clausurado temporalmente de forma preventiva, después de que el piloto de un avión de la compañía holandesa KLM, estacionado en las pistas, advirtiera un olor sospechoso a bordo del aparato. La alarma puso en marcha los mecanismos de intervención inmediata por parte de los bomberos pertrechados con equipos para hacer frente a un eventual ataque nuclear, bacteriológico, químico y radiológico, aunque al final todo se debió a un banal detergente. Su presencia con ese equipamiento en las pistas del aeropuerto ha hecho temer a algunos trabajadores que pudiera tratarse de un eventual sabotaje terrorista, aunque, según fuentes de Protección Civil, los bomberos se han limitado a seguir las normas de actuación establecidas para estos casos. La situación de tensión vivida en Bolonia se repitió en el área industrial del puerto de Nápoles, donde la presencia de tres bultos sospechosos recomendó el cierre de las instalaciones para que pudieran intervenir los artificieros. Finalmente, se pudo comprobar que uno de los paquetes contenía gasolina, mientras que los otros escondían en su interior un botella vacía y una cantimplora con agua, respectivamente.