Touriño anuncia el deseo de un nuevo estatuto de nacionalidad para Galicia

El candidato socialista a la presidencia de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, anunció ayer martes en su discurso de investidura que antes de seis meses impulsará la elaboración de un nuevo estatuto de nacionalidad para Galicia y, también de forma inmediata, abrirá un proceso de negociación con el Gobierno central para recuperar el retraso estructural de la autonomía. La intervención ante el Parlamento de Santiago del líder de los socialistas gallegos estuvo marcada por reiteradas ofertas de concertación, diálogo y consenso a todas las fuerzas políticas y sociales, a las que invitó a sumarse al cambio que pretende protagonizar tras un «largo ciclo» de tres lustros de gobiernos del PP. «Quiero ser el presidente de todos», dijo. Gobierno de coalición Previsiblemente, Touriño será investido el viernes, tras el debate de su candidatura, con los votos del PSdeG y el Bloque Nacionalista Galego, y presidirá un gobierno de coalición que, según anunció, será paritario, con igual número de hombres que mujeres. Como primer gesto conciliador, el candidato reconoció la fortaleza de la oposición popular, que es la fuerza mayoritaria de la Cámara, y se comprometió a «mantener lo que de bueno se consiguió en el pasado», al tiempo que «rectificar» lo que resultó ineficaz o injusto. Expresó su respeto «político, personal e institucional» por el todavía presidente en funciones, Manuel Fraga, que siguió el discurso tomando notas sin cesar sobre el texto de la intervención del socialista. Touriño anunció que enviará a la Cámara autonómica una norma para regular el estatuto de los ex presidentes de la Xunta, que no sólo afectará a Fraga sino también a sus predecesores, el socialista Fernando González Laxe y el 'popular¿ Gerardo Fernández Albor. Debate identitario Una de las primeras novedades de la legislatura llegará antes de final de año porque Touriño pretende «promover» la elaboración de un «nuevo estatuto» y que el Parlamento autonómico empiece a trabajar en la reforma en el plazo de seis meses. El candidato dejó claro que dará su apoyo a un estatuto de «nacionalidad histórica» o «comunidad nacional» y evitó el término de «nación», que defienden sus socios del BNG. Así, puso de manifiesto que la reforma estatutaria gallega no será un problema para el PSOE porque los socialistas gallegos no caerán en el «debate de identidades», ya que está convencido de que ése «no es un problema para Galicia ni para la inmensa mayoría de los gallegos»; por el contrario, apostó por la aprobación «unánime» de un estatuto reformado.