La crisis aplaza la aprobación del Estatut catalán hasta septiembre

El Gobierno del tripartito catalán (PSC-CpC, ERC, ICV-EUiA) y la oposición (CiU y PPC) decidieron ayer aplazar hasta finales de septiembre la aprobación definitiva del nuevo Estatuto de autonomía ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo satisfactorio para todas las partes. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, no logró, pese a sus esfuerzos, acercar posiciones los nacionalistas y los republicanos en sus regiones con Josep Lluis Carod-Rovira y Artur Mas. Maragall no consiguió desbloquear la crisis ni convencer al líder de CiU, Artur Mas, de que se olvide de la sistemática invocación de los derechos históricos de Cataluña para blindar las competencias del Gobierno catalán. Tampoco le convenció de que renuncie a reivindicar un sistema de financiación semejante al concierto económico del País Vasco. Según fuentes socialistas e independentistas, el presidente de la Generalitat se topó también con la cerrazón del líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, que se negó a renunciar a la defensa de los derechos históricos, ni siquiera a cambio de negociar el blindaje de las competencias de la Generalitat. CiU y ERC aguantaron bien las presiones del presidente catalán y no ofrecieron ninguna alternativa a sus peticiones maximalistas. La advertencia de Rajoy El presidente del PP, Mariano Rajoy, exigió ayer al tripartito catalán y al Ejecutivo central «que se pongan a gobernar de una vez y dejen el debate del estatuto de Cataluña que no interesa casi nadie». El líder popular recriminó a ambos gobiernos haber olvidado los «problemas reales de Cataluña» como la política económica, la deslocalización y la competitividad. «Creo que a la economía y a la planificación futura no les ayuda que llevemos dos años debatiendo sobre una reforma de un estatuto de autonomía, donde de momento, no son capaces de ponerse de acuerdo», aseguró. En este sentido, Rajoy recordó que para su partido no es una «prioridad» reformar la carta catalana y aseguró que este debate lo abrió el propio José Luis Rodríguez Zapatero, sin que ahora sepa cerrarlo. «El Gobierno no toma ninguna decisión sobre nada, genera inestabilidad y no se preocupa de lo fundamental», señaló el presidente del PP.