La capacidad de aprender y la fidelidad, lo más demandado

Una sociedad que avanza y un mercado laboral que todo lo engulle, son dos de los factores que ocasionan que la estructura y el funcionamiento de las universidades cambie. Adaptarse a este mundo, que está a pocos pasos del pupitre y la pizarra, es sin duda uno de los principales objetivos para adecuar la oferta académica a las nuevas necesidades. El joven, ya titulado y con su papel que así lo refleja, se enfrenta a su primera entrevista de trabajo. Encontrar las claves del éxito que le encaminen hasta el ansiado contrato no resulta tarea fácil. ¿Qué reclaman las empresas? En la fundación universitaria hay más de cincuenta empresas que colaboran en los proyectos. Entre los valores más codiciados para contratar nuevos trabajadores se encuentra la capacidad de aprendizaje, que es valorada muy positivamente en el 85% de los casos; el trabajo en equipo y la cooperación, en un 73,7%; y la responsabilidad laboral resulta imprescindible en el 67%. Cambio de mentalidad La realidad que reflejan estos datos puede resultar esperanzadora, para un gran número de titulados. Así, presentar una actitud positiva y optimista en el trabajo, tener flexibilidad y capacidad de adaptación a nuevos entornos y desarrollar aptitudes orientadas a solucionar problemas y asesorar al cliente, son valores añadidos y tenidos en cuenta a la hora de superar una prueba de selección. Por detrás, se encuentran cualidades a las que tradicionalmente se les había otorgado un peso preponderante a la hora de decantar una contratación. Entre los considerados poco importantes se encuentran el liderazgo, la capacidad de negociación, el conocimiento de una lengua extranjera o la capacidad inicial para tolerar el estrés. Otra de las competencias demandadas por los empresarios es la fidelidad, razón por la que un gran número de empresas de la provincia optan por incorporar a sus plantillas a aquellas personas que ya han realizado prácticas con ellos. Desde el mundo empresarial se apunta que uno de los aspectos que más interesa es la formación complementaria y paralela a la que reciben en la Universidad. Aunque resulte algo superfluo, el hecho de disponer de carné de conducir e, incluso, de vehículo propio es uno de los requisitos preferentes, ya que la mayoría de las empresas se emplazan en las afueras de la ciudad. Estos datos son fiel reflejo de la sociedad, que avanza a pasos agigantados hacia el abismo de la competitividad laboral. Con estos parámetros es más fácil enfrentarse a una entrevista de trabajo.