La utopía vive en Amayuelas

Hace trece años en Amayuelas (Palencia) sólo quedaba una familia y pocas esperanzas de supervivencia como pueblo. Desde hace dos están habitadas, además, las diez viviendas construidas con adobe y tapial para jóvenes en cooperativa, «han regresado algunos emigrantes y los jubilados ya no se van», indica Jerónimo Aguado. El objetivo era buscar nuevas fuentes de riqueza a partir de los recursos del campo y de la rehabilitación de infraestructuras como palomares y bodegas. La puesta en marcha de proyectos agricultura y la ganadería ecológica, la implantación de energías renovables a pequeña escala se acompañó con proyectos de autoempleo como un horno de pan, casas rurales para el turismo y bioconstrucción. Amayuelas es un ejemplo cercano de que construir con barro «no es una utopía» porque, según Aguado, «se pueden introducir ciertas tecnologías tanto en la fabricación de adobes como en el tapial; es la construcción más barata pues permite la autoconstrucción y no hay otra más sostenible». Los equipos de trabajo formados en Amayuelas trabajan actualmente en pueblos limítrofes de Palencia y Valladolid y hay otro grupo que trabaja con la construcción de tierra en la provincia de Soria. El proyecto más inmediato que irradia Amayuelas es el de una universidad rural -actualmente tienen una cátedra de Agroecología- en la que se integrarán 20 municipios del Estado español. «Luchamos para que los pueblos no se mueran, no sólo para nosotros; los pueblos son necesarios para la sociedad», concluye.