La tripulación del «Discovery» repara con éxito el transbordador en pleno vuelo

En directo, ante los ojos atónitos del mundo, la Nasa ejecutó este miércoles con éxito un hito sin precedentes en la historia espacial, la reparación en pleno vuelo orbital del transbordador Discovery , en una compleja operación manejada desde la Estación Espacial Internacional (ISS). El tercer paseo espacial previsto en la misión culminó con la retirada de los dos fragmentos fibra aislante que sobresalían entre las losetas del escudo térmico de la nave. El próximo retorno del Discovery se libera así de incertidumbres por el riesgo de un recalentamiento excesivo durante la reentrada en la atmósfera, y de la sombra dramática del Columbia , que se desintegró con su tripulación en el 2003 por un problema similar. «Parece que este paciente grandullón está curado». El astronauta Steve Robinson, protagonista de la histórica excursión, se lo tomó con humor. Su periplo enganchado al largo brazo robótico fue largo, seis horas, pero todo salió como está previsto, a la primera. Fue, como había predicho la víspera el propio técnico, una operación «extremadamente delicada aunque bastante sencilla». Tras una cuidadosa aproximación para no dañar el casco de la nave, bastaron dos leves tirones manuales para retirar los dos trozos sobrantes que asomaban entre las placas cerámicas aislantes en la panza del Discovery . No hizo falta utilizar la herramienta múltiple preparada ad hoc para la reparación, una especie de pinza para ejercer más presión en la extracción, y una cuchilla por si, en último término, había que cortar las protuberancias. Eran las tres de la tarde y el cosmonauta «volaba» a 350 kilómetros de distancia de la Tierra, retransmitiendo a todo el mundo la operación a través de la cámara inalámbrica instalada en su casco.