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El ministerio refuerza la vigilancia sobre los colectivos radicales paquistaníes tras el 7-J

Interior destina 500 agentes a vigilar las principales mezquitas

Investigan a una docena de organizaciones integristas con un millar de adeptos Un año y medio des

Interior de la Mezquita de la M-30, en Madrid

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Las investigaciones sobre tramas islámistas en España se han disparado en los últimos meses. En la actualidad, sólo los servicios de Información de la Policía Nacional mantienen abiertas más de veinte operaciones de seguimiento y control de grupos integristas asentados principalmente en Madrid, Cataluña, Andalucía, Levante, Ceuta y Melilla. Según recientes informes de la lucha antiterrorista, son más de una docena las organizaciones integristas asentadas en el país. Los analistas del Ministerio del Interior apuntan a que los cinco últimos años el número de simpatizantes de estos grupos residentes en España ha crecido hasta el millar. Desde el 11-M, la Comisaría General de Información ha desplegado entre 300 y 600 agentes exclusivamente al control de los principales lugares de culto en donde se ha detectado la presencia de radicales vinculados a la masacre de Madrid, al 11-S, a los atentados de Casablanca y a la célula española que lideraba Abu Dahdah. Mapa del radicalismo Especial vigilancia existe en torno a las mezquitas de la M-30 y de la de Tetuán en Madrid. También se mantienen dispositivos de seguimientos en otras mezquitas oficiales como las de Valencia, Marbella, Fuengirola y Granada. Pero el problema -explican mandos de la lucha contra el yihadismo- no radica en el control de estos centros de culto, sino en conocer qué ocurre en el centenar de alegales salas de oración, simples garajes o locales comerciales repartidos por toda el territorio nacional y de muy difícil seguimiento e infiltración. Algunos de estos establecimientos como los de Lavapiés o Villaverde (Madrid) y Tudela (Navarra) han aparecido en el centro de tramas terroristas desarticuladas, tales como la del 11-M, el grupo Mártires para Marruecos o la célula de Abu Dahdah. El intenso seguimiento de estos centros durante los últimos 17 meses ha permitido a los analistas del Ministerio del Interior confeccionar un mapa muy aproximado del radicalismo en España. Esa docena de grupos detectados tienen una procedencia muy diversa, aunque seis países predominan sobre el resto: Marruecos, Argelia, Líbano, Kurdistán, Paquistán y Bangladesh. Informes de la Unidad Central de Información Exterior (Ucie) sostienen que no todas las organizaciones son, a priori, peligrosas, si bien reconocen que otros grupos si son muy preocupantes. Es el caso de Assirat Al Moustakim (La Recta Vía), una banda armada vinculada con los atentados de Casablanca y varios de cuyos simpatizantes viven en la península. Esta organización forma parte del difuso entramado del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, a quien se atribuye la matanza de Madrid. Assirat Al Moustakim, dicen los especialistas, es la organización que «hoy por hoy» tiene más medios para intentar atacar en España. La presencia en Melilla de varios destacados miembros de la Takfir Wal Hijra también inquieta a los servicios de Información.