Detienen a diez miembros de una banda del Este por matar a golpes a su jefe La?central?nuclear Vandellós II vuelve a??funcionar?tras?su?cierre?por?corrosión

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a diez ciudadanos de Europa del Este pertenecientes a una banda por, supuestamente, matar a golpes al cabecilla de la misma el pasado 10 de julio en Orihuela, informaron ayer fuentes policiales. El cadáver de la víctima, I.K., de 35 años y nacionalidad ucraniana, fue hallado el citado día en una casa abandonada en las proximidades de la estación de Renfe de la localidad alicantina con varios hematomas en las zonas costales y periorbitales del cuerpo. Al parecer, el jefe de este grupo, «muy cerrado y cohesionado», según la Policía, y asentado en Orihuela para la comisión de delitos, se había reunido el día anterior con sus secuaces en su casa, donde consumieron «abundantes cantidades de alcohol y hachís». De acuerdo con la investigación, el cabecilla de la banda controlaba «férreamente» a sus subordinados, lo que había despertado en ello su «animadversión» y desencadenó los hechos. Una paliza mortal Durante la reunión del 9 de julio se produjo una fuerte discusión motivada por la «hegemonía que ejercía I.K.», según las mismas fuentes, en el transcurso de la cual dos de los integrantes del grupo le propinaron una paliza y le abandonaron en el cobertizo que ocupaba. Al día siguiente, estos dos hombres regresaron a la casa acompañados de otros miembros de la banda y sacaron violentamente a la víctima de la tienda de campaña donde pernoctaba para volver a apalearle brutalmente hasta la muerte. Posteriormente, «se fueron a celebrarlo tomándose unas copas», si bien regresaron al escenario del crimen y cubrieron el cadáver con un edredón. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) autorizó ayer a la central de Vandells II (Tarragona) su puesta en marcha. El consejo ha dado autorización tras certificar que ya ha aplicado las mejoras demandadas tras los problemas de corrosión detectados hace un año. La decisión se ha tomado en la reunión de ayer del pleno del CSN. La central ha presentado todos los requerimientos técnicos tras los problemas de corrosión detectados en el sistema de aguas esenciales de refrigeración del reactor a finales de agosto del año pasado, que provocaron diversas paradas de la central y sucesos notificables. La autorización se ha concedido con un anexo de condicionantes de operación muy extenso, según fuentes del consejo, que obligarán a realizar numerosos trabajos y inspecciones a lo largo de los próximos dos años, según las mismas fuentes. Los problemas se catalogaron como nivel 2 en la escala internacional de sucesos, el más grave tras el incendio de Vandells I. La central habrá estado parada cinco meses, desde el pasado 16 de marzo, y las últimas semanas ya había cargado el combustible al reactor preparando la sincronización a la red. Tras la autorización de ayer, los técnicos de la central calculan que todavía tardarán unos seis días en poder sincronizar el reactor debido a que hay pequeños problemas con unas válvulas de vapor que «no son importantes pero que hace falta reparar antes de arrancar», según el CSN.