Diario de León

Militares destinados en Herat dicen que sus mandos les han pedido silencio

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Militares españoles destinados en Afganistán declinaron ayer pronunciarse públicamente acerca de las causas que el martes pasado provocaron la muerte de 17 compañeros y heridas a otros cinco, aduciendo que sus mandos les han pedido que guarden silencio sobre este asunto. Las mismas fuentes aseveraron que «muchos periodistas», a través de llamadas telefónicas, les han ofrecido importantes sumas de dinero a cambio de fotografías del siniestro. Y también que, tras denunciar estas proposiciones ante sus superiores, éstos han decidido abrir una investigación que todavía sigue su curso. Ninguna de estas afirmaciones pudo ser contrastada, pues no fueron desmentidas o bien confirmadas ni en la sede central del Ministerio de Defensa, en Madrid, ni en la base hispanoitaliana de Herat, conocida como Camp Arena. Para hablar sobre la tragedia de hace tres días sí se pusiron en contacto con La Voz familiares de supervivientes del desastre. La madre de un miembro de la tripulación del helicóptero que no ardió declaró que su hijo le ha revelado: «Nos atacaron. Aterrizamos de emergencia y, al tocar tierra, nos reagrupamos y nos pusimos en posición de repeler una agresión». Igualmente, un suboficial de la Costa da Morte que llegó al lugar del siniestro a bordo de una aeronave de rescate ha contado a su prima, según el testimonio de ésta, que la hipótesis del accidente no se sostiene ni mucho menos «esa tontería del viento fuerte que se han inventado ahora». Testigos afganos Ambos testimonios van en la misma línea del publicado por este diario el miércoles: «Todos sentimos un fuerte impacto, como una explosión, y nuestro helicóptero empezó a dar vueltas hasta caer al suelo. A los otros, que iban delante, les tuvieron que dar de lleno». Un portavoz del departamento de José Bono, sin desacreditar estas palabras, las matizó horas más tarde de trascender, argumentando que la agresión que los militares del segundo aparato creyeron sentir era en realidad la munición de la primera nave estallando por combustión». Por otra parte, la agencia pública de información (Efe), difundió ayer declaraciones de supuestos testigos de la tragedia que avalan las tesis del ministerio. «No oímos ninguna bala, disparo ni misil», aseguró Mir Ahmad, de 25 años y vecino de Cheshmah Khooni, un pequeño pueblo que, al parecer, se encuentra ubicado a 400 metros del punto donde perdieron la vida los españoles. En el momento de los hechos, había «una tormenta de arena, aunque no muy fuerte, y bastante viento», dijo el afgano, quien destacó la baja altura a la que volaba el Cougar, como siempre que realiza salidas tácticas. Según un compañero de Ahmad, también localizado por la agencia estatal, la nave en que viajaban los fallecidos «cayó rodando» por una colina escarpada, estalló y ardió, lo cual provocó una columna de humo. Siempre según esta versión, el piloto del otro aparato realizó entonces un «giro de 180 grados para evitar la columna de humo e hizo una maniobra de aterrizaje forzoso». Sus ocupantes, de acuerdo con el relato, se negaron a recibir la ayuda de los lugareños y formaron un cordón de seguridad alrededor del helicóptero. Por otra parte, en el pueblo vecino de Cheshmah Khooni también hubo mensajes de pesar por el fallecimiento de los soldados españoles, que han gozado de buena acogida en la zona, relativamente en calma frente a otras provincias más conflictivas como Kandahar o Zabul. «Agradecemos mucho el sacrificio de las tropas españolas y lamentamos enormemente las pérdidas, porque sabemos que ellos están aquí para ayudarnos». Dos soldados estadounidenses resultaron muertos ayer a causa de la explosión de una bomba en una carretera de la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán, informaron las fuerzas militares norteamericanas. Cuando se produjo la detonación, los fallecidos viajaban en un convoy por el distrito de Tirin Kot, a unos 60 kilómetros de distancia de la capital de la región. Los militares formaban parte de un dispositivo que protegía la construcción de una carretera en una de las provincias más peligrosas de Afganistán, cuna de talibanes. Desde finales del 2001, cuando, tras los trágicos atentados del 11-S, comenzó la operación Libertad Duradera, que lidera EE. UU., han muerto más de 180 soldados de ese país. Casi 20.000 militares estadounidenses están destacados en Afganistán desde la caída del régimen integrista islámico hace ya casi cuatro años. En los últimos meses han perdido la vida más de 800 personas en Afganistán, por lo general a causa de ataques de los insurgentes, que han redoblado su ofensiva ante la próxima celebración de elecciones, el 18 de septiembre. Libertad Duradera se ocupa de la parte sur y este del país, mientras que la Isaf sólo controla la capital, el oeste y el norte. Este último cuerpo, bajo mando de la Otan, pretende ir extendiendo sus dominios hasta abarcar todo el territorio a finales del 2006. El nuevo embajador estadounidense en Kabul, Ronald Neumann, reafirmó ayer que los comicios se llevarán a cabo en la fecha prevista.

tracking