Papel mojado

Batasuna no ha encontrado respuestas positivas a su pretensión de iniciar un diálogo para conseguir regresar a las instituciones vascas, aún con la Ley de Partidos y su ilegalización en vigor. El PNV asegura que el planteamiento de la formación abertzale «no es serio» y Ezker Batua incluso lo tachó de «inviable». PSE y PP han dejado claro que Batasuna no tiene derecho a tener concejales, pidieron a los demás partidos que ignoren las presiones del partido ilegal y, por parte de los populares, también que no se cuente con Batasuna para hacer política en el País Vasco. Para el portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, Batasuna demuestra «poca seriedad» y buscar «protagonismo de verano» con su emplazamiento a los partidos vascos para buscar su regreso a las instituciones. Javier Madrazo, coordinador general de Ezker Batua, también se mostró crítico con Batasuna. Según dijo, el regreso a las instituciones que pide es «inviable» y se mostró convencido de que no es más que una propuesta de «consumo interno». En todo caso, EB seguirá reuniéndose con Batasuna y pidiendo la derogación de la Ley de Partidos «por antidemocrática, porque ataca el pluralismo político y los derechos fundamentales y corresponde a la etapa Aznar». Carece de derecho PSE y PP no han recibido la propuesta de Batasuna, aunque Jone Goirizelaia, dirigente de la formación abertzale ilegalizada aseguró que la hará extensible a ambos partidos, a los que pidió que no se «atrincheren» en sus posiciones. Lo que está claro es que ni socialistas ni populares atenderán las demandas de Batasuna. «No tiene ningún derecho a tener concejales porque no se pudo presentar a las elecciones porque no cumplió la legalidad», dijo el coordinador de la Ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares. «Es un intento para seguir presionado a los nacionalistas, buscar la unidad nacionalista y, en el fondo, para seguir haciendo la misma política que hizo en el pasado», sentenció Ares. Aún más crítica se mostró la presidenta del PP vasco, María San Gil, quien exigió que se deje de escuchar a Batasuna. «A ver si en este país nos damos cuenta de una vez de que Batasuna no es un interlocutor político válido».