Los fallecidos recibirán hoy la Cruz del Mérito en el Funeral de Estado

Los Reyes Juan Carlos y Sofía encabezarán hoy la delegación institucional que asistirá al funeral de Estado en honor de los diecisiete soldados y que será oficiado a las 10 horas en el cuartel general del Ejército de Tierra por el arzobispo castrense. Todas las altas instituciones del Estado se volcarán en esta ceremonia. Junto a los monarcas estarán los Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia. En representación del Gobierno asistirán José Luis Rodríguez Zapatero y al menos los ministros de Defensa, José Bono; Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y Agricultura, Elena Espinosa. Con ellos habrá representantes de las altas instituciones del Estado: los presidentes del Congreso de los Diputados y el Senado, Manuel Marín y Javier Rojo; del Tribunal Su-premo, Francisco Hernando, y del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas. También asistirá la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. En representación del Partido Popular estarán su presidente, Mariano Rajoy, el secretario general, Ángel Acebes, y el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana. El PSOE enviará al acto una delegación encabezada por su secretario de Organización, José Blanco. Entre los invita-dos también están los líderes del resto de partidos del arco parlamentario. El acto fúnebre, cuya organización corre a cargo de los servicios de Protocolo del Ejército de Tierra y del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), dará comienzo en el patio de armas del Palacio de Buenavista, sede del cuartel general. Fuentes militares señalaron que se eligió este emplazamiento por tratarse de un edificio céntrico y por ser el único de los tres cuarteles generales con capacidad para albergar un acto semejante. El Rey impondrá a cada uno de los soldados la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, con la que se honra a los caídos en acto de servicio. Es la misma medalla que el Gobierno del PP impuso en el 2003 a los siete agentes del CNI que fueron asesinados en Irak. Al año siguiente, ya durante el mandato de José Bono, les fueron impuestas cruces rojas, por considerar el Ejecutivo que fueron víctimas de un «acto de guerra».