La Conferencia de Presidentes se aplaza por el desacuerdo en sanidad

Las profundas desavenencias sobre la financiación de la Sanidad han llevado al Gobierno a aplazar de nuevo la segunda Conferencia de Presidentes. No será el 6 de septiembre, como anunció José Luis Rodríguez Zapatero, ni el 10, como indicaron después desde La Moncloa. El encuentro, por ahora, no tiene fecha, aunque el jefe del Ejecutivo aspira a que tenga lugar antes de que el Parlamento de Cataluña vote la reforma de su Estatuto de Autonomía en la última semana de septiembre. La propuesta gubernamental de cofinanciar con las comunidades el déficit sanitario que arrastran todas tuvo una acogida dispar. Las autonomías populares tildaron de «limosnas» las cifras que maneja el Ejecutivo. Mientras que las comunidades con gobernantes del PSOE han respondido con un disciplinado silencio. Sólo roto desde Cataluña, donde los socios de los socialistas en la Generalitat estimaron que la propuesta es «un buen punto de partida» para negociar. Las discrepancias son, por ahora soterradas, pero existen. El principal criterio para el reparto del dinero que el Gobierno pondrá sobre la mesa es el incremento de población respecto a 1999, año base del sistema vigente. No habrá boicot La consecuencia de esta disparidad de criterios es que la Conferencia de Presidentes, que tendrá como único punto de la agenda la reforma del modelo de financiación, sigue sin fecha después de un primer aplazamiento en julio. Rodríguez Zapatero apuntó el 6 de septiembre como fecha propicia para la cumbre y después se mencionó el 10 de septiembre, pero la realidad demostró que eran sugerencias prematuras. Los contactos bilaterales entre los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas con los gobiernos autonómicos no empezarán hasta los últimos días de agosto y primeros de septiembre, y después se tiene que convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera para cerrar un acuerdo. Por esta razón, fuentes gubernamentales indican ahora que se podría celebrar en la segunda quincena del mes. Rodríguez Zapatero pretende también separar la cita autonómica de la votación de la reforma del Estatuto catalán para que su resultado no opaque la conferencia ni haga que ésta gire sobre la aprobación o el rechazo del proyecto estrella de la Generalitat y sobre el que tienen puestos los ojos todas las comunidades autónomas. El Gobierno, además, tiene la convicción de que el PP no va a boicotear el encuentro ya que Rodríguez Zapatero se encargó en la ronda de contactos bilaterales antes del verano con los presidentes autonómicos de asegurarse la presencia de todos.