El tripartito cierra filas y asegura que la situación se puede arreglar acercando las posturas
Maragall admite que la reforma del Estatut está «en un callejón sin salida»
El presidente de la Generalitat aún cree posible la aprobación del texto si «se aúnan esfuerzos»
El presidente de la Generalitat admitió que la reforma del Estatuto de Cataluña está en este momento metida en «un callejón sin salida» y reconoció, por primera vez, que es posible «un eventual fracaso», si bien matizó a continuación que confía en que esa alternativa sea «improbable». Pascual Maragall hizo estas sombrías consideraciones en la carta que envió a los presidentes de los grupos parlamentarios de CiU, PSC, Esquerra Republicana, PP e Iniciativa per Catalunya para mantener una ronda de reuniones una vez que el Consejo Consultivo emita su dictamen sobre la constitucionalidad del proyecto. El jefe del Ejecutivo catalán consideró que, pese a todo, la situación no es irreversible porque las discrepancias surgidas sobre el texto «no son insalvables» si se hacen «todos los esfuerzos» para solucionar la crisis. Maragall sugirió en su misiva que los partidos busquen «la unidad» que reclama Cataluña para la reforma del Estatuto y se comporten con «la máxima prudencia» en las declaraciones públicas para no dificultar las cosas más de lo que están. El bloqueo de las negociaciones obedece a las discrepancias en torno a la invocación a los derechos históricos de Cataluña como argumento para blindar las competencias de la Generalitat de eventuales ingerencias de la Administración central y sobre el sistema de financiación. Maragall se comprometió en su escrito a «hacer todo» lo que esté en su mano «aquí (en Cataluña) y allá (en Madrid)» para que la reforma del Estatuto sea una realidad. Un objetivo, agregó, que requiere el proyecto cumpla unas «condiciones» que permitan su aprobación por las Cortes Generales. Tanto el PSOE como el PP han advertido que la reforma en los términos que salió de la ponencia del Parlamento de Cataluña no podrá ser aprobada por el Congreso y el Senado. Satisfacción La carta del presidente de la Generalitat tuvo una buena acogida entre sus destinatarios. El portavoz de CiU en el Parlamento de Cataluña, Felip Puig, mostró la satisfacción de su grupo aunque lamentó que el texto no aporte «ninguna» propuesta nueva para desbloquear la situación. El dirigente de la federación interpretó que Maragall, con su iniciativa, actuó a «la defensiva» en vista de que su partido es incapaz de aportar ideas que acerquen posturas. También el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Lluis Carod-Rovira, se alegró por la carta ya que hace un llamamiento a «la unidad, el patriotismo y la responsabilidad», ingredientes que, a su juicio, son los necesarios para que la reforma salga adelante con un amplio consenso. Compartió con Maragall el optimismo sobre las posibilidades de salvar la crisis ya que no hay dificultades «insalvables» siempre que no haya posturas «inamovibles».