El vídeo del asalto de Melilla no recoge disparos o golpes de la Guardia Civil
La conclusión de la Dirección General de la Guardia Civil es tajante: el inmigrante camerunés Yopo Joe no murió a manos de los agentes del cuerpo durante la avalancha masiva de extracomunitarios en la frontera de Melilla la noche del pasado domingo. Es más, no hay ni siquiera pruebas de que el extranjero resultara malherido en ese asalto. Los especialistas del instituto armado han analizado hasta el último detalle las dos grabaciones de las cámaras perimetrales que registraron todo el asalto de la zona de Rostrogordo sin encontrar un solo indicio de que los funcionarios dispararan o si quiera golpearan a los sin papeles. Las imágenes muestran la avalancha de unos 300 subsaharianos que trataron de ganar territorio español el pasado domingo por la noche. La primera de las grabaciones, de nueve minutos exactos de duración, comienza a las 22 horas, 21 minutos y 13 segundos del 28 de agosto. Trece segundos después se ve la primera escalera artesanal aparecer en la parte marroquí. En medio minuto son decenas de inmigrantes los que, ataviados de ropas gruesas para evitar herirse con las alambradas de espino (concertinas), están ya en zona de nadie (entre las dos vallas), donde los testigos aseguran que Yopo Joe fue tiroteado y golpeado. Sin embargo, en las grabaciones no hay un solo guardia civil en esa zona durante el asalto. Sólo cinco agentes, sin armas largas ni bocachas (fusiles para el lanzamiento de pelotas), aparecen en la zona española a las 22,22 horas. Los guardias, visiblemente desbordados, se limitan a intentar derribar con pértigas las escaleras que los inmigrantes están colocando en la segunda valla para entrar en territorio nacional. Caídas y heridos Mientras, son numerosos los clandestinos que caen desde alturas superiores a los cuatro o cinco metros. Otros son pisoteados por sus propios compañeros ansiosos por superar el último escollo. Las grabaciones muestran como al menos dos subsaharianos se lesionan al precipitarse desde las escaleras. Cinco minutos después del inicio de la avalancha, todo termina. A las 22:26 horas, por primera vez, irrumpe un policía español en la zona de nadie. Es un motorista de la guardia civil sin armas largas. Todos los inmigrantes se dispersan o vuelven a Marruecos. Ni un solo inmigrante queda en ese lugar. 21 segundos después las cámaras muestran al único agente armado con una bocacha que aparece en las grabaciones. El funcionario, que no dispara en ningún momento y que va a pie, se dedica a recoger sin prisas las escaleras artesanales. En la otra grabación, los hechops se desarrollan casi igual.