Diario de León

Rato dijo no a la guerra de Aznar

Federico Trillo revela en un libro que el ex vicepresidente expresó en varias ocasiones al jefe del Gobierno su rechazo contundente a cualquier intervención militar española en Irak

Federico Trillo y Rodrigo Rato en un pleno del Congreso, en el 2003

Federico Trillo y Rodrigo Rato en un pleno del Congreso, en el 2003

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Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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«Rodrigo Rato explicó su posición contraria en términos muy contundentes. Aznar, a su lado, lo escuchaba con la vista al frente, respirando hondo. Cuando terminó, se volvió para darle las gracias y me pareció ver en su mirada una tristeza infinita». Así describe Federico Trillo en su libro Memoria de entreguerras. Mis años en el Ministerio de Defensa (2000-2004), que acaba de publicar Planeta, la intervención del ex vicepresidente del Gobierno en una reunión del gabinete de crisis celebrada en vísperas de la invasión de Irak, en la que expresó su rechazo frontal a la intervención. En su turno de palabra Trillo aseguró, según escribe en el libro, que todas las informaciones señalaban que el ataque se iba a producir no más tarde de una semana. «Estados Unidos está perdiendo la batalla diplomática. Además, está siendo humillado, pero no está derrotado. Por eso creo que va a entrar más pronto que tarde, con resolución o sin ella. Es preciso adoptar una contribución proporcionada y presentable ante la opinión pública y llevarla al Parlamento», dijo el ministro en aquella cumbre del 12 de marzo del 2003, según recoge de forma textual. Trillo escribe que su propuesta fue llevar a cabo la «misión humanitaria que terminamos desplegando», que es como califica la intervención militar española en el país asiático. Aznar, por el consenso El ex titular de Defensa presenta a un Aznar que, cuando ya la guerra parecía inevitable, no cejaba en su «obstinado empeño» de lograr una solución consensuada internacionalmente, muy lejana a la imagen que se dio de él. También relata que en aquel cónclave gubernametal el presidente informó de una conversación con Bush, en la que le insistió para que esperara una semana más a que el Consejo de Seguridad votara una resolución por mayoría, aunque fuera con veto. «Ya no cabía más escenario que ése, o no presentar ninguna resolución», escribe Trillo. El entonces vicepresidente Mariano Rajoy intervino para apoyar la «contribución humanitaria». La ronda siguió hasta llegar a Rato, que se pronunció claramente en contra, una «posición ya conocida», asegura Trillo, por Aznar y sus ministros. El ex ministro ratifica que Rato fue «el miembro del Gabinete más opuesto a cualquier parti-cipación española». También se declararon en contra Montoro y «en ocasiones, Dezcallar». Por lo que refiere al accidente del Yak-42, que costó la vida a 62 militares españoles, denuncia que tanto los familiares como él mismo han sido utilizados «sin escrúpulos» por el PSOE como «instrumento arrojadizo contra el Gobierno». Trillo apunta al actual director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, como la persona que podía tener conocimiento de los informes sobre quejas en materia de seguridad en los aviones Yakovlev, que él asegura desconocía.

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