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Los cinco inmigrantes muertos recibieron disparos de bala y un bebé podría ser la sexta víctima del asalto a la valla

España y Marruecos se culpan mutuamente de la masacre de Ceuta

Zapatero envía 480 militares a reforzar las fronteras de las dos ciudades autónomas

Camiones militares permanecen aparcados frente a la doble valla de Melilla

Publicado por
León

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El primer asalto masivo de inmigrantes a la valla fronteriza de Ceuta terminó en tragedia la madrugada de ayer. Al menos cinco inmigrantes, dos en territorio español y tres en Marruecos, murieron abatidos a balazos mientras intentaban saltar el doble perímetro en las cercanías de un poblado conocido como Finca Berrocal. Otro centenar de clandestinos resultaron heridos. Fuentes de las fuerzas de seguridad españolas se apresuraron a anunciar que los dos fallecidos encontrados en Ceuta presentan disparos de un calibre que no utiliza la Guardia Civil, mientras que la agencia oficial marroquí MAP apuntó que los disparos que mataron a los subsaharianos venían de territorio español. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su homólogo marroquí, Driss Jettou, anunciaron durante la Reunión de Alto Nivel (RAN) en Sevilla que ambos países abrirán sendas investigaciones para determinar quién disparó sobre la turba de inmigrantes. La avalancha de Ceuta, más violenta que las recientes oleadas registradas en Melilla, cogió por sorpresa a las fuerzas de Seguridad españolas, que no había detectado movimientos de grandes grupos en las cercanías del perímetro de la ciudad autónoma. El asalto, en varias oleadas perfectamente coordinadas, comenzó sobre las 3.00 horas de la madrugada y apenas duró unos minutos. Más de 600 africanos comen-zaron a trepar por una de las partes más bajas (tres metros de altura) de los 8,3 kilómetros del perímetro que rodea Ceuta. Los inmigrantes, ayudados de centenares de escaleras artesanales construidas con ramas de árboles, centraron el asalto en apenas cien metros de valla. Minutos después, la avalancha había pasado, pero el espectáculo era dantesco en la 'zona de nadie' y en te-rritorio español: decenas de heridos, zapatos, jirones de ropa y piel en las concertinas y dos inmigrantes muertos. El primero de los cuerpos sin vida fue encontrado atrapado en el alambre de espino y el segundo tirado en el suelo. El presidente Zapatero ordenó ayer al Ejército que vigile junto a las fuerzas de seguridad las verjas de las capitales norteafricanas, y así empezaron a patrullar a primera hora de la tarde en las dos capitales 480 efectivos, 240 en cada ciudad, todos ellos pertenecientes a cuarteles ubicados en las dos plazas. El Gobierno de Marruecos respondió, a su vez, enviando un total de 1.600 militares a los perímetros fronterizos, que intentarán frenar las avalanchas desde su punto de partida. Nuevo intento en Melilla Las Fuerzas Auxiliares de Marruecos detuvieron ayer a 220 subsaharianos tras abortar un intento de entrada masivo en Melilla protagonizado por más de 300 inmigrantes en torno a las 7.30 horas de la mañana, según informó el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón. Unos 500 soldados y tres helicópteros vigilaron a lo largo del día el perímetro fronterizo. Inmigrantes en Melilla que mantienen contacto con otros que todavía están en Marruecos aseguran que la dura intervención de los soldados marroquíes provocó «decenas de heridos». Fernández Chacón calcula que hay unos 500 subsaharianos esperando entrar en la ciudad autónoma. Los más de 200 detenidos ayer serán deportados y abandonados en la ciudad de Oujda, limítrofe con Argelia.

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