Sesenta subsaharianos logran saltar la valla y colapsan el Ceti de Melilla

La saturación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti) de Melilla se agravó en la madrugada del miércoles con una nueva avalancha de inmigrantes que intentaron cruzar la doble valla que blinda la frontera. Más de sesenta extranjeros, de unos quinientos que lo intentaron, consiguieron su propósito. Varios inmigrantes y dos guardias civiles resultaron heridos leves. La situación empieza a ser preocupante. Al menos 265 inmigrantes carecen de plaza en el interior del centro como o en las 60 tiendas de campaña instaladas por el Ejército y Cruz Roja. La cifra de acogidos ronda los 1.700 y el centro cuenta solamente con 480 plazas. En la noche del miércoles unos 200 subsaharianos volvieron a dormir, por segunda vez, a la intemperie. Este último intento de entrada masivo comenzó poco antes de las seis de la mañana por la zona norte del perímetro, en los Pinares de Rostrogordo, un lugar idóneo para los inmigrantes debido a la posibilidad de esconderse entre la zona boscosa y a que la valla todavía no se ha recrecido de tres a seis metros. La Delegación del Gobierno aseguró que las Fuerzas de Seguridad marroquíes colaboraron intensamente en la zona intentando que los inmigrantes no accedieran al vallado. Sin embargo, algunos subsaharianos afirmaron que mientras se acercaban a la alambrada apenas encontraron agentes de la gendarmería marroquí que les obstaculizaran el camino. Una vez rebasada la primera valla con ayuda de las escaleras artesanales, se encontraron con la presencia del Ejército y de la Guardia Civil, que utilizó material antidisturbios para disuadir a los inmigrantes. «Varias decenas» de extranjeros, según la Delegación del Gobierno, resultaron heridos con cortes superficiales y lesiones en extremidades. Dos guardias civiles heridos También fueron heridos leves dos guardias civiles, uno al volcar el vehículo que conducía mientras se producía la avalancha, y el otro con lesiones en el brazo al intentar reprimir la entrada de los inmigrantes. A pesar de que el dispositivo se había reforzado en esta zona, lograron entrar en España unos 65 subsaharianos. El dispositivo desplegado en el perímetro fronterizo de Melilla se reforzó el martes con la llegada de 40 agentes de la Agrupación Rural de Seguridad de la Guardia Civil y con un helicóptero del Instituto Armado desplazado desde Málaga equipado con una cámara de visión nocturna. La Gendarmería marroquí también dispuso de un helicóptero que sobrevoló la zona horas antes de que se produjera la avalancha. Desde la Delegación del Gobierno se asegura que se están realizando «grandes esfuerzos» para ubicar a todos los inmigrantes que están llegando. Un equipo de profesionales comenzó a fumigar las tiendas de campaña como medida higiénico-sanitaria para evitar el contagio de enfermedades, más aún teniendo en cuenta que muchos subsaharianos padecen sarna. A este colapso se une la saturación en urgencias del Hospital Comarcal, cuyos profesionales han tenido que derivar al Hospital Militar a los inmigrantes heridos para poder atenderles. Hasta la fecha, el Hospital Militar, reservado a los profesionales de este cuerpo, ha realizado 249 actuaciones y en la actualidad atiende a cinco inmigrantes que todavía siguen hospitalizados. Para aliviar la presión migratoria, Delegación del Gobierno trasladó a la Península a cerca de 70 personas, entre subsaharianos y argelinos. La mayoría salen de Melilla con una orden de expulsión excepto el caso de las familias con niños pequeños que, después de casi dos años residiendo en el Ceti, se van a la Península con un permiso de residencia. «Ceuta y Melilla no pueden soportar ni un día más de avalanchas» JUAN JOSÉ IMBRODA Presidente de Melilla