«Para contratar por accidentes necesitaríamos cuotas más baratas»

En la provincia de León hay casi veinte mil empresas sin asalariados, en las que el patrón es a la vez y también el único empleado. Apenas unos pocos se pueden permitir el lujo de pagar a alguien que no sea de la familia. En esta estadística no se contabilizan las tradicionales explotaciones agrarias, sino sólo bares, pequeñas tiendas, despachos de abogados, fontaneros, taxistas, pintores, etcétera, y, en general, cualquier profesión susceptible de autoempleo. En la patronal leonesa Fele hace poco que se ha creado la CEAT (Confederación de Empresarios Autonómos), que preside Enrique Suarez, según el cual la economía de las empresas de dimensión familiar están al límite de cargas fiscales y de Seguridad Social y en lo único que se puede ahorrar costes en la cotización del propio empresario. -¿Por qué los empresarios son reacios a cotizar a la Seguridad Social por accidentes de Trabajo? -Se dan varias circunstancias, y la principal es que las cuotas con más caras que en los seguros privados. Se acogen a la incapacidad temporal o baja por enfermedad porque en el INSS la diferencia es sustancial a la baja y pasa lo mismo, pero al contrario, en relación con las aseguradoras privadas cuando hablamos de accidentes laborales o enfermedades profesionales. El ahorro en uno u otro caso supera muchas veces los tres puntos. Apuntarse al INSS para unas cosas sí y para otras no, compensa cuando un empresario hace números, aunque todo depende de la actividad a la que uno se dedique y el riesgo que ella implique. No es igual trabajar con un camión o en un andamio que en una oficina, pero, en cualquier caso, nosotros tenemos la opción de pagar o no de forma voluntaria y, en cualquier caso, elegir la cuota y los derechos que nos da. El INSS está haciendo, efectivamente, una campaña publicitaria para que nos afiliemos. ¿Cuándo podría tener sentido esta pretensión? Pues, por ejemplo, si la equiparación con el Régimen General de los trabajadores por cuenta ajena fuera completa... -¿Por ejemplo en qué? -Por ejemplo, si estás en el Régimen General y tienes un accidentes in itinere , o sea a la ida o el regreso del trabajo, la Seguridad Social corre con todos los gastos... pero no en nuestro caso. Tampoco podemos contratar en empresas familiares como asalariados a personas con un grado de parentesco como el de padres, hijos, nietos o cónyuges y eso nos resta también no pocos derechos. -En cambio, los autónomos no tienen inveniente en pagar por enfermedades comunes... ¿Les sale más barato a cuenta del Estado? -Claro, aquí sí que es mayor la cobertura que ofrece la Seguridad Social y por eso nosotros se la recomendamos a todos nuestros afiliados. Además de que el riesgo de una enfermedad común es practicamente el mismo en cualquier tipo de trabajo y para eso todos somos iguales, pero no así en la probabilidad de sufrir un accidente en actividades que, al menos teóricamente, no son peligrosos. -Otra de las reivindicaciones históricas de los autónomos es el rerecho a cobrar prestaciones de paro, igual que sus empleados, cuando cesan temporalmente en su actividad. -No es del todo exacto, aunque ese es un debate que está abierto. ¿En qué situa ción está? Personalmente lo desconozco en detalle. Hay asociaciones de autónomos que reclaman este tipo de prestaciones, pero la nuestra entiende que es incompatible con nuestra propia condición de empresarios. No es que estemos tirando piedras contra nuestro propio tejado, sino que pensamos que quien realiza una actividad económica por cuenta propia lo hace asumiendo riesgos y beneficios. Es decir, la prestación por desempleo, que si se nos concediera también conllevaría un incremento de las cuotas, es lógica para un trabajador por cuenta ajena que no tiene capacidad para decidir sobre las empresas, pero no en nuestro caso. En realidad la iniciativa de negociar con el INSS el derecho al paro de los autónomos no fue una idea nuestra, sino de algunos sindicatos. Quiero decir, nosotros estamos de acuerdo en que haya mejoras en la protección social del empresario autónomo, equiparándonos en cuotas y prestaciones al Régimen General de la Seguridad Social, pero que no sea desnaturalizando nuestra propia función como empresarios. Lo contrario, incluso, podría dar lugar a muchos fraudes, porque a ver como se autodespide uno a sí mismo, por ejemplo para cobrar el seguro de desempleo. Otra cosa es que las cotizaciones para pensiones se equiparen e incrementen y que los autónomos paguen más de acuerdo con sus rentas.