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La ONU sigue buscando a 40 subsaharianos abandonados en el desierto cerca de Smara

Marruecos reagrupa a los inmigrantes en el sur y prepara su repatriación

Unos 70 guineanos huyen al saber que un miembro de su gobierno iba en busca de ellos

Publicado por
León

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A Marruecos le cuesta, pero lentamente va dando marcha atrás. Lo que pareció un intento de deportación masiva al desierto de los miles de subsaharianos que tiene en su poder, quedó ayer prácticamente abortado. Como primer paso de esta marcha atrás reagrupó a todos los inmigrantes dispersos por el sur en un campamento militar en Guelmin, en el centro del país. Los últimos subsaharianos que se encontraban cerca de la frontera sur con Mauritania, los de Dajla, iniciaron ayer un viaje de 1.000 kilómetros de malas carreteras hacia Guelmin. Cinco autobuses. Unas doscientas personas entre las que hay niños, mujeres embarazadas y heridos. Allí les esperan unas tiendas de campaña que los marroquíes han colocado en el aeropuerto de la localidad y que serán su más que probable destino mientras aguardan la repatriación. La salida de estos cinco auto-buses coincidió con la visita a Dajla del embajador de Guinea Conakry, Mamadou Sillah, que llegó a la ciudad para comprobar el estado de los suyos. El pasado domingo, envió a su primer consejero a Bouarfa para hacerse cargo de los que habían sido abandonados en el desierto. Tenían un acuerdo con Marruecos y él avisó de que llegaría a las 5.40 de la mañana para hacerse cargo de ellos. Pero sus 70 compatriotas desaparecieron a las cuarenta minutos antes. En el cobertizo donde habían dormido quedaban zapatos y ropa tirados, restos de comida y botellas medio vacías que hablaban de un partida precipitada. Búsqueda en el desierto «Lo que se está haciendo ahora es lo que los embajadores de los países de origen habíamos pedido desde el principio. Vengo a asegurarme de que mis compatriotas sean reagrupados y repatriados. Yo he venido para darles garantías, a asegurarles que no van a ser abandonados en el desierto, porque tienen mucho miedo. Todos los que sean identificados serán repatriados, pero la verdad es que nada se ha dicho todavía de los que se puedan encontrar en las fronteras de Argelia y Marruecos. Es muy posible que todavía halla ciudadanos de mi país abandonados en el desierto», dijo. La deportación al desierto sigue siendo, de hecho, un temor real. Ayer, los helicópteros de la misión de la ONU para el Sáhara Occidental, la Minurso, todavía buscaban en los alrededores de Smara a 40 inmigrantes que habrían sido abandonados en el desierto en los últimos días. La Minurso utlizaba sus vuelos habituales en los que comprueba el cumplimiento del alto el fuego entre Marruecos y el Polisario para intentar encontrar a los subsaharianos. Según fuentes de las oenegés, al menos uno de ellos, un maliense, habría muerto. En la frontera sur, sin embargo, las cosas pintaban mejor. Existía preocupación por los ocupantes de tres autobuses que habían sido vistos cerca de Mauritania. «Hemos patrullado la frontera de oeste a este dos veces. Hemos llegado hasta el muro que separa los territorios controlados por el Polisario. Nos hemos metido en la zona de nadie entre las dos fronteras, lo que aquí llaman Kandahar. Hemos hablado con la gente y no hemos encontrado nada. No hay ningún inmigrante. Lo que sí se han encontrado nuestros equipos en la frontera es a un senegalés que había sido deportado en avión desde Oujda la semana pasada y ya se disponía a entrar en Marruecos otra vez para intentar saltar la valla en Ceuta o en Melilla», dije César Antón, coordinador de la misión de Médicos del Mundo en Mauritania.

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