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X. Fernández - env. especial | salamanca
León

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«Sentimos no poder atenderle, pero por esa calle no nos dejan pasar». La XV Cumbre Iberoamericana está hundiendo a las pizzerías salmantinas. Los motoristas del reparto a domicilio tienen vetado el acceso a todo el centro de la ciudad. Es uno más de los daños colaterales de este encuentro de jefes de Estado y presidentes, que tiene a la histórica villa sumida en un pequeño caos. El cordón de seguridad alcanza a gran parte del núcleo urbano y restringe el paso de vehículos a los que cuenten con distintivo oficial. Tener la oficina en el centro o hacer allí las compras supone dejar el coche en casa y servirse de los autobuses que, mientras dure la cumbre, serán gratuitos. Así no es extraño que el transporte público circule atestado a cualquier hora. Para evitar complicaciones, las instituciones académicas ubicadas en la zona afectada han dado vacaciones a sus profesores y alumnos (muchos de los que estudian en facultades del extrarradio han decidido sumarse por su cuenta a la medida y la Universidad está prácticamente parada). El celo por evitar cualquier tipo de incidente llega a tal punto que hasta el servicio de basuras ha quedado tocado y sólo se pueden dejar bolsas en los contenedores al final del día. Como los locales de marcha nocturna se ubican en el área controlada, la vigilancia se ha extremado a su alrededor para evitar los altercados y aglomeraciones propios de una de las ciudades universitarias con más fiesta de España. Policías en lecheras, a pie y a caballo patrullan a todas horas y registran mochilas y bolsos de grandes dimensiones, entre las quejas de los transeúntes elegidos. El sistema de alcantarillado y algunas viviendas situadas en zonas estratégicas han sido inspeccionadas. Son más de 2.800 los miembros de los distintos cuerpos de seguridad que recorren las calles desde el pasado fin de semana, reforzados desde el aire por helicópteros y aviones de las fuerzas armadas. Los controles se extremarán hoy con el inicio de la cumbre y para controlar las distintas manifestaciones convocadas -la mayoría sin autorización-, sobre todo por partidarios y detractores de Chávez y Castro.

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