Desarticulan una red dedicada al tráfico de cocaína y detienen a 16 personas Hallan en Valencia una mochila abandonada por ETA en el 2004 La Fiscalía parisina pide ocho años para un miembro de Segi que lideró ataques de violencia callejera

Tras una investigación de más de un año, la Policía Nacional desarticuló el pasado jueves una red internacional dedicada al tráfico de cocaína. La denominada operación Aguayro tuvo como principal objetivo el abordaje de un barco que circulaba en aguas internacionales y en el que los agentes adscritos al GEO del Cuerpo Nacional de Policía pudieron incautarse de un total de 108 fardos con 3.000 kilos de cocaína. Además de los diez detenidos en la embarcación, de manera simultánea al abordaje, se practicaron varios registros domiciliarios en Madrid y Las Palmas de Gran Canaria en la que se detuvieron a otras seis personas y se intervinieron 164.800, además de numerosas joyas, vehículos de gama alta, ordenadores y teléfonos móviles. De manera simultánea al abordaje en aguas internacionales, se puso en marcha un amplio dispositivo policial en tierra que permitió detener en distintos puntos de España (Madrid y Las Palmas de Gran Canaria) a otros cuatro integrantes de la organización. La Guardia Civil desenterró ayer en un monte del interior de Valencia una cantidad indeterminada de explosivos oculta en un bosque en lo que consideran que podría ser un zulo de uno de los comandos de la banda terrorista ETA, según confirmaron fuentes de la lucha antiterrorista. La patrulla, que acudió a la zona alertada por agentes forestales, encontró una mochila semienterrada con tres tarteras llenas de una sustancia explosiva y otros siete recipientes con una material semejante, que en este momento son analizados por expertos en desactivación. El posible zulo de la banda terrorista está en una zona boscosa cerca del pico Remedios, un paraje conocido como Mosul cercano al kilómetro 7 de la carretera que une Chelva y Ahillas, una zona rural próxima a la ciudad valenciana de Requena. El hallazgo se produjo sobre las 13:00 horas de ayer, cuando un retén forestal de la Comunidad Valenciana realizaba trabajos de limpieza en la masa forestal del paraje. La Fiscalía antiterrorista de París pidió ayer ocho años de prisión contra el militante de Segi Joël Sistiague (Bayona, 1977) por su «papel principal» en una ofensiva de violencia callejera registrada en el País Vasco francés del 2001 a 2002. La severidad de la pena solicitada, que incluye la privación durante cinco años de los derechos cívicos y familiares, refleja la voluntad de las autoridades galas de atajar de raíz las tentativas de exportar la guerrilla urbana a este lado de la frontera. En sus conclusiones definitivas, el fiscal Alexandre Plantevin observó que la kale borroka y la lucha armada de ETA «son las dos caras de la misma moneda, dos expresiones de la misma ideología». «La violencia callejera está organizada, planificada e inscrita en una estrategia política a largo plazo de acoso a las fuerzas del orden», hizo ver al Tribunal.