| Crónica | Las incomodidades del protoco |
Chávez le da un respiro a Uribe en la foto de familia
El sorteo y las ausencias prometían juntar en la foto de familia a los presidentes de Venezuela y de Colombia, feroces enemigos. Chávez no apareció para alivio de Uribe, que aún así llego tarde
Los Reyes de España saludan efusivamente a Chávez
El hueco a espaldas del Rey evidenciaba que algo iba mal. Al lado del monarca, Zapatero lanzaba miradas inquisitorias a los jefes de protocolo, que no acertaban a explicarse la situación. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, no aparecía por ninguna parte y los fotógrafos llevaban ya un buen rato demorando la instantánea oficial de los participantes en la XV Cumbre Iberoamericana, con la fachada de la histórica Universidad de Salamanca como marco. Los murmullos entre el numeroso público congregado para presenciar el momento, y el cambio en el semblante serio de don Juan Carlos evidenciaron de repente que la situación iba a dar un giro: por un lateral aparecía Uribe a la carrera, entre las risas mal disimuladas de sus colegas. El mandatario colombiano debió experimentar un doble alivio al acceder a la tarima, primero porque a punto estuvo de no salir en la foto y segundo porque el que definitivamente no iba a posar para la posteridad era su declarado enemigo Hugo Chávez. El presidente venezolano no fue capaz de coordinar su agenda y la de la cumbre y llegó tarde al acto protocolario en el que la caprichosa fortuna le había deparado un lugar justo al lado de Uribe. Resulta que en las ceremonias de este tipo la ubicación se decide por sorteo. En un principio, la bolita había esquivado el tenso encuentro, pero la ausencia de hasta cinco mandatarios -los de Cuba, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y El Salvador- había hecho modificar el orden. No fue el de la foto el único incidente de la mañana. Antes, los participantes en el encuentro habían participado en otro acto protocolario en la Plaza Mayor salmantina, donde la aparición del presidente del Gobierno español y de algunos jefes de Estado en el balcón del Ayuntamiento despertó abucheos (evidentes entre los sonoros aplausos) que sólo se convirtieron en ovación unánime al aparecer el Rey y la Reina. Nuevamente fue el representante colombiano el encargado de poner la nota de color en este acto, ya que, por un error de la organización, su coche oficial lucía la bandera ecuatoriana. Más contento salió de la jornada inaugural Ricardo Lagos, que pudo anunciar eufórico que la XVII Cumbre Iberoamericana, en el 2007, será en Chile.