El Frente Polisario denuncia que ha rescatado a 92 «ilegales» en el Sáhara
El Frente Polisario anunció ayer que ha encontrado a 92 inmigrantes ilegales subsaharianos que habían sido trasladados desde el norte de Marruecos y abandonados en el desierto del Sáhara, informó la agencia Sahara Presse Service. Según la agencia, los subsaharianos se encuentran ahora reagrupados en Bir Lehlu (localidad en el este del Sáhara occidental), donde el Polisario «les ha proporcionado los primeros cuidados y distribuido alimentos y ropa». Los inmigrantes, de diferentes nacionalidades, afirmaron que fueron obligados a introducirse en pleno desierto «a palos y bajo la amenaza de armas de fuego» por parte de las Fuerzas Armadas marroquíes y desde diferentes puntos del muro de defensa militar erigido en 1986. Las búsquedas de inmigrantes efectuadas desde el pasado martes por patrullas saharauis son «muy difíciles» debido a que los subsaharianos trasladados hasta allí por Marruecos son abandonados en varios puntos a lo largo de los 2.300 kilómetros del muro, indicó la agencia. Asimismo, agregó que los «rescatados del desierto» se encuentran en un estado físico y psíquico lamentable y que pueden ser visitados «por todos los que se preocupen por ellos o quieran ayudarlos o asistirlos» en Bir Lehlu. Puente aéreo Por otra parte, Marruecos puso en marcha a primera hora de la tarde del sábado un puente aéreo desde Guelmim, 700 kilómetros al sur de Rabat, para proceder a la repatriación de casi un millar de emigrantes subsaharianos aprehendidos en su intento de llegar a Europa a través de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla. Según los servicios de seguridad marroquíes, unos 145 senegaleses habrían sido ya deportados a Dakar desde la localidad del Sahara Occidental, mientras que se habría hecho también lo propio con 145 malíes pero en dirección Bamako. Con estos viajes se cubren el primer contingente de los casi 800 individuos oriundos de Malí y Senegal que deben ser deportados y cuyos países de origen han llegado a un acuerdo con el reino alauí. Durante toda la semana pasada funcionó una línea de transporte similar y que terminó el pasado viernes, cuando se finalizó la expulsión de más de 1.600 senegaleses y malíes desde Oujda, al este del país. SOS Racismo, una de las organizaciones de defensa de los derechos humanos presentes sobre el terreno, hizo públicos sus temores de que a bordo de estos vuelos vayan personas de diferente procedencia, sin importar su nacionalidad. La organización considera que existe una falta evidente de control y, sobre todo, de transparencia por parte de la policía y de los militares encargados de las repatriaciones. SOS no descarta que algunas de estas personas hubieran solicitado asilo en el país magrebí, lo cual supondría, en caso de devolución a su país de origen, una clara violación de la Convención de Ginebra.