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La Junta obliga al profesorado a implicarse en las actividades extraescolares, pero sin ampliar jornadas ni plantillas

El 43% de colegios públicos y sólo uno concertado dan clase en jornada única

En la capital sólo Antonio González de Lama se mantiene con jornada partida entre la red pública

DANIEL

León

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La escuela pública ha protagonizado en los últimos cuatro años un cambio histórico al asumir el paso de la jornada partida a la jornada única o continua en el 43% de los centros leoneses de Infantil y Primaria. En la capital sólo un centro público, el colegio Antonio González de Lama, permanece con jornada partida. Por el contrario, entre los privados concertados, tan sólo el colegio Virgen de la Peña, de Bembibre, ha optado por modificar un hábito tan enraizado como el horario de la escuela. El alumnado de centros públicos de Infantil y Primaria con jornada única roza el 70% del total, ya que la mayoría de los colegios que la han modificado son de áreas urbanas. León y Valladolid son las dos provincias de la comunidad donde más escuelas públicas se han sumado al histórico cambio de jornada escolar. Mientras tanto, en Soria ningún centro ha optado por cambiar la tradicional jornada partida. Pero el cambio de jornada no es una simple modificación horaria. Afecta a la raíz de la educación y otorga una importancia explícita a la educación no formal como parte del proyecto de trabajo de cada centro. Las actividades extraescolares se convierten en un componente «obligatorio» de la oferta educativa de la escuela con jornada continua, al menos en Castilla y León. La normativa, de 2001, establece que «en la jornada escolar continua las actividades lectivas semanales se realizarán en horario de mañana» y las extraescolares «se organizarán en horario de tarde y serán de oferta obligada para el centro y voluntaria para los alumnos». Implicación desigual Asimismo, exige que el profesorado se implique en las actividades extraescolares en horario de tarde, lo que constituye una novedad respecto a los centros que tienen la jornada tradicional. También habla la norma de que «podrán implicarse no sólo profesores y padres, sino también instituciones, ayuntamientos, entidades culturales y deportivas». La Junta da libertad a los centros y a las familias para optar por la jornada continuada, pero no se compromete a nada más que a revisar el cumplimiento de los planes de cada centro. «En función de las disponibilidades presupuestarias la Consejería de Educación podrá arbitrar medidas complementarias para aquellos proyectos que, conforme a los requisitos que se establezcan, así lo precisen», subraya. Las plantillas son las mismas y tampoco se modifica la jornada laboral del profesorado. La jornada continua supone la gestión en los centros de tres horarios o jornadas distintas: el del alumnado, el del profesorado y el horario de apertura del colegio y ninguno de los tres tiene que coincidir en el mismo tramo. «Las horas de trabajo para el profesorado no cambian, pero se realiza otra distribución», señala Carlos Cadenas, del sindicato Stele. Esta organización reclama financiación complementaria y un departamento de actividades extraescolares. Los maestros y maestras de centros públicos de Castilla y León tienen una jornada de 30 horas presenciales a la semana, de las cuales 25 son lectivas y las otros cinco para actividades de tutorías, reuniones, coordinación y otras tareas no docentes. La «sexta» hora es la que tienen que redistribuir para compatibilizar las tareas anteriores con su nueva función. Entre los argumentos «psicopedagógicos» que avalan su idoneidad de la jornada única figura el mayor rendimiento de los escolares en las horas de la mañana, quienes consideran más beneficiosa para el alumnado la jornada partida, esgrimen que en las dos últimas horas de la mañana «los niños ya no rinden». «Si la jornada continuada supusiera que los niños iban a estar de verdad más tiempo con sus familias no pondríamos objeciones porque propugnamos que la educación se haga en el colegio y en la familia», señala el director del colegio concertado Jesuitas de León, José Antonio Poo, quien asegura que con la jornada continuada «se restringe la labor educativa» para labores fuera de las obligaciones lectivas. El único colegio concertado que ha optado por la jornada continuada en León es el Virgen de la Peña de Bembibre. «Tenemos como clave caminar en la misma línea que los otros dos centros del municipio y como ya tenían jornada única decidimos preguntar a las familias», explica la directora, María Teresa Valdivieso. Las familias dijeron sí y en octubre del año pasado iniciaron del proceso. Este es el primer curso con jornada única: «El cambio ha supuesto más trabajo para el profesorado porque ofrecemos tres tardes de actividades extraescolares gratuítas», asegura la directora. Tras reorganizar las reuniones habituales, el profesorado imparte talleres adaptados a cada ciclo: animación a la lectura, disfraces, biblioteca y técnicas de estudio.

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