Del ZP mediático al ZZ minero

Hacía ya años que los mineros no utilizaban las calles de Ponferrada como manifestódromo. Ayer, un millar de hombres del carbón y familiares procedentes de todas las cuencas del Bierzo y de Laciana siguieron a pies juntillas la llamada a la protesta de CC.OO. para reivindicar más mejoras sociales en el nuevo Plan del Carbón. El número lo facilitó un policía, que los contó a vuela pluma. Sentando un precedente desconocido hasta ahora, patronal minera de Apema y el sindicato convocante coincidían en destacar el masivo seguimiento del primero de los dos días de huelga, y lamentaban también la ruptura de la unidad sindical, al quedar descolgado del paro la UGT. En Ponferrada, en una mañana de paraguas y de mercado, fue precisamente la UGT, el presidente del Gobierno, su ministro Montilla y el PSOE los que quedaron situados en la diana de los gritos de protesta, de los petardos y del lanzamiento de huevos. El ZP mediático fue convertido por los mineros en ZZ: «Zapatero, zampón, no nos jodas el carbón», retumbó en numerosas ocasiones por la calle. De los de la UGT tampoco se olvidaron, por no apoyarles: «Dónde están, no se ven, las pancartas de UGT». Antes de llegar a Ponferrada, grupos de piquetes cortaron la carretera para todo lo que oliera a laboreo minero en la zona de Toreno y Fabero. Cerca de Bembibre, en la autovía A-6, hubo largas colas de vehículos porque allí los mineros cortaron a todos el tránsito. Ya en Ponferrada, el centro logístico de la protesta se situó en la plaza de Lazúrtegui. Desde allí, presididos por una pancarta que decía «Por el futuro de la minería, CC. OO. Laciana», la comitiva discurrió blandiendo banderolas y lanzando petardos por el paseo de Pérez Colino, avenida del Castillo para enfilar la avenida de España. La Puebla y General Vives. Frente una sede del PSOE con las persianas bajadas, los manifestantes hicieron una parada. Cuatro policías impedían la entrada al edificio. Entonces, volvió a resonar el ZZ e incluso gritos de «mentirosos» y «peseteros». Los huevos comenzaron a salir de la multitud hacia el cartel del PSOE y los policías tuvieron que esquivar alguno. La única que se mantuvo impertérrita fue una mujer policía. Después de unos minutos, los dirigentes del sindicato pidieron permiso a la policía local para seguir en dirección a la consistorial. Al final, concedido. Los manifestantes llegaron a la plaza del Ayuntamiento y apenas hubo consignas de protesta, aunque se llegó a lanzar dos o tres huevos contra la fachada. Al final, la manifestación se disolvió sin mayores contratiempos.