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Tres miembros de «Los asesinos»

Los imputados, que pertenecen a una compañía de nombre aterrador, han reconocido su participación en la muerte del cámara en declaraciones a medios de comunicación

Publicado por
E. Clemente - redacción | madrid
León

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El sa r gento Thomas Gibson era el jefe del carro de combate M1 Abrams, de la Compañía A del Regimiento de Blindados número 64 de la Tercera División de In-fantería Acorazada, que el 8 de abril disparó el obús a la altura de la planta 15 del Hotel Palestina de Bagdad, matando al gallego José Couso y al cámara ucraniano de la agencia Reuters Taras Protsuyk. El capitán Philip Wolford estaba al mando de la Unidad de Blindados de dicha compañía y el teniente coronel Philip de Camp era el jefe del del Regimiento de Blindados. En la querella presentada por la familia de José Couso se adjuntaban como pruebas declaraciones de los implicados en diferentes medios de comunicación, además de relatos de testigos presenciales de los hechos. «Me dijeron que disparara» El sargento Gibson explicó a Telecinco un mes después del ataque: «No disparé inmediatamente sobre él. Llamé a mis jefes (Wolford y De Camp) y les dije lo que había visto. Diez minutos después me llamaron y me dijeron que disparara sobre él y eso hice». Su inmediato superior, el capitán Wolford, fue quien le autorizó a que disparara después de que el artillero le dijera que había visto a alguien con prismáticos en el hotel, según manifestó en una entrevista con el semanario francés Le Nouvel Observateur . El teniente coronel De Camp, a quien en la querella se señala como «la persona que ordenó disparar contra el hotel», aseguró al diario Los Angeles Times: «Lamento decirlo, pero soy el tipo que mató a los periodistas». Su justificación es que sus unida-des estaban siendo atacadas por guerrilleros iraquíes. Los integrantes de la Compañía A se hacían llamar con indisimulado orgullo «Los asesinos». Antes del ataque, De Camp explicó cuáles eran los poderes del M1 Abrams, una máquina letal: «Los tanques significan sorpresa, poder de fuego y movilidad; hacen que el enemigo se cague de miedo». Como señana el magistrado Santiago Pedraz en el auto judicial dado a conocer ayer, la mayor parte de la prensa internacional se encontraba alojada en el Hotel Palestina de la capital iraquí, a donde se había trasladado desde el Hotel Rashid también de la capital, «por indicación del Pentágono estadounidense».

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