Diario de León

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Un pleno de altura1396927554

La discusión más fuerte se produjo en el vestíbulo municipal entre un periodista y un sindicalista, aunque la ironía y las críticas fueron la tónica general de una sesión tranquila

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A. Calvo / C. Vergara - villablino
León

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La sesión plenaria de ayer despertó más interés fuera de la comarca y en los medios de comunicación que entre los propios vecinos de Laciana. En el pequeño salón de plenos del Ayuntamiento no cabía ni un alma ni una cámara más. Los concejales de IU y el PP fueron sentándose poco a poco y tuvieron que esperar a que llegaran los socialistas, que estaban reunidos en el despacho de alcaldía con Ana Luisa Durán. Guillermo Murias armó las filas de su partido ante un café en el bar que hay frente al edificio consistorial. La todavía alcaldesa entró despacio a la sala respaldada por su fieles concejales bajo unos tímidos aplausos. Así comenzó la sesión. A pesar de que durante todo el pleno no se registró ninguna incidencia las palabras que se intercambiaron fueron tan duras como críticas. Algunos de los que participan en el pleno de Villablino lo pasarán muy mal a partir del 1 de enero, cuando se prohiba fumar en los centros de trabajo, desde la secretaria hasta el que desde ayer es otra vez alcalde de Villablino. Murias dejó descansar a sus pulmones en sus dos intervenciones, cuando le tocaba hablar al resto de los ponentes, fumaba relajado. Hasta tres puritos llegó a encender en las cerca de dos horas que duró el pleno. También hubo tiempo para las metáforas, como cuando le tocó el turno al portavoz socialista, Abel Díaz, al que el encuentro de toda la corporación le recordó algo así como un enlace matrimonial. «El amor es ciego, pero el matrimonio le devuelve la vista», afirmó Díaz, que también formaba parte de la mesa de edad al ser el más joven de los concejales. La ironía del portavoz socialista fue respondida por Murias cuando le espetó: «Para anunciar la calificación de Reserva de la Biosfera dijiste que te habías subido a una peña para comprobar lo hermoso del paisaje. Ese día creo que apretaba mucho el sol y te dio demasiado en la cabeza, desde entonces... desvarías». La calma hasta el final El silencio y la calma fueron la tónica general también en el vestíbulo de la primera planta del Ayuntamiento donde cerca de un centenar de personas esperaban ansiosas el resultado de la segunda moción de censura que se presentaba en el Ayuntamiento de Villablino (la primera fue en 1989 también contra un socialista y no prosperó). El humor también se hizo un hueco entre las constantes ironías. El popular Virgilio Ángel González Rabanal, que con Abel Díaz componía la mesa de edad, fue el encargado dar el bastón de mando a Guillermo Murias. La diferencia de altura fue tal que el edil exclamó: «Procura no dar fuerte desde ahí arriba» Fue al final de la sesión cuando se alborotó el personal. Algunos ex afiliados del PSOE le entregaron a los representantes del partido su antiguo carné: «Dale esto a Villalba de mi parte», dijo uno de ellos sin esperar respuesta. Más que en el salón, la discusión con mayor fuerza se produjo entre un periodista y un sindicalista en el hall; el informador ponía como prueba sus grabaciones sobre la huelga minera. El pleno realmente acabó cuando Murias y Durán volvieron a coincidir en el bar, unos para celebrar...

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