Territorio de contrabandistas, terroristas e inmigrantes

La región del Sahel, cuyo corazón es el desierto del Sáhara, es un amplio territorio inhóspito y a caballo entre varios Malí, Níger, Chad, Mauritania y Argelia. Es aquí, en esta tierra de nadie, donde los inmigrantes subsaharianos que intentan llegar al primer mundo conviven con contrabandistas y traficantes, pero también con numerosos grupos terroristas islámicos que han encontrado aquí un escondite ideal, una retaguardia discreta desde donde planificar sus atentados y donde entrenar a sus muyaidines. Según cifras del comisario europeo de Justicia, Libertad y de Seguridad, Franco Fattini, unos 30.000 individuos están en Sahel en una suerte de parada táctica para continuar su camino hacia el norte. Las condiciones en las que viven estos transeúntes africanos son paupérrimas. A veces se hacinan cientos de personas en campamentos donde el hambre, el cansancio y la enfermedad son moneda común. La muerte no es ajena a estos contextos y en palabras de Mamadu Kiakité, responsable de la Asociación de Iniciativas para el Desarrollo, una oenegé de ayuda humanitaria que trabaja en la región, «entre 2000 y 2005, serían algo más de 2.500 personas las que habrían perdido la vida en algún punto indeterminado del desierto, intentado llegar a Europa». Y son las mafias de la emigración clandestina las que aquí controlan todo. Junto con los traficantes de seres humanos y los contrabandistas, es la amenaza terrorista, sin embargo, la que más asusta. La existencia de vastas zonas inhabitadas y la falta de controles sólidos de parte de los gobiernos responsables, unidos a factores como las guerras, la pobreza, la enfermedad, la corrupción y la falta de educación, propician el clima para que el mensaje extremista cale con facilidad. El Grupo Salafista de Predicación y Combate se ha hecho fuerte en la región y desde sus escondites en el desierto lanza episódicos ataques hacia objetivos mauritanos y argelinos, y utiliza las arenas del desierto como una segura retaguardia desde donde planificar nuevos golpes y como lugar de adiestramiento para la internacional terrorista relacionada con Al Qaeda. Es por esto que, a pesar de que después del 11 de septiembre del 2001 ya se produjeron iniciativas para reforzar la seguridad de la zona, a lo largo del primer trimestre de este año fue desplegada una fuerza militar multinacional.