La cooperación internacional enfrenta a Exteriores y Defensa

El Ministerio de Asuntos Exteriores cree que Defensa dificulta el trabajo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) con sus continuos despliegues militares para responder a crisis humanitarias. El equipo de Miguel Ángel Moratinos se queja en privado de que el titular de Defensa, José Bono, se arroga competencias que no son suyas y utiliza la ayuda humanitaria como propaganda para incrementar su prestigio y el de los ejércitos. Fuentes diplomáticas aseguran que «hay mucho malestar» porque «Bono asume mucho protagonismo en el ámbito exterior». Tanto, que Exteriores ha pedido «en tono constructivo» la mediación de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, para coordinar con Defensa la acción internacional. La raíz del enfado está en que Bono tomó, sin consultar con Moratinos, decisiones como la de desplegar un Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) en Afganistán o mandar soldados a Pakistán a auxiliar a las víctimas del terremoto. Exteriores cree que Defensa encuentra en la ayuda exterior «una razón para sentirse querido», pero señala que eso no es competencia suya. «Ellos no son los que reconstruyen ni los que pagan, lo hacemos nosotros», recalcaron fuentes diplomáticas. El criterio de la diplomacia es que los militares deben de ser en las zonas de crisis el principal actor logístico y de seguridad. Pero no un actor humanitario, porque «la ayuda corresponde a la AECI». Los expertos de Exteriores desaconsejaron en su día al Gobierno desplegar el PRT en la ciudad afgana de Qala i Naw por la falta de seguridad, que «no aconsejaba mandar personal civil sobre el terreno». Exteriores pidió entonces «prudencia» y propuso ayudar a Afganistán con medidas como las que están en marcha para Irak: colaborar con fondos a través de agencias de Naciones Unidas -Unicef y Acnur-, y formar a personal afgano en España. Pero Bono convenció a Rodríguez Zapatero de que sería bueno enviar equipos civiles a Qala i Naw como gesto hacia Estados Unidos por la retirada de Irak, y también para tener más peso en la Otan, «porque si estás en los sitios, te invitan a las reuniones importantes». Reunión del G-8 Esa presencia dio frutos el pasado 14 de octubre. España fue invitada ese día a una reunión de directores generales de países del G-8, que se celebró en Londres para analizar la situación en Afganistán y coordinar acciones futuras. Holanda también participó por su contribución decisiva a la seguridad en el norte del país asiático. Exteriores se queja de que las iniciativas de Defensa le obligan de forma continua a detraer fondos de otros programas y a rebajar su implicación en otras regiones, como el África subsahariana. El Gobierno gastará en el 2006 diez millones de euros en Qala i Naw. Otro motivo de irritación para los diplomáticos son las campañas de Defensa para captar soldados, que «transmiten que si quieres hacer cooperación o ayudar a la gente, debes alistarte». Exteriores subraya que los militares deben crear ambientes de seguridad para que las onegés trabajen, pero «nunca encargarse ellos de la cooperación humanitaria». «Ellos no son los que reconstruyen ni los que pagan, lo hacemos nosotros» FUENTES DIPLOMÁTICAS DEL MINISTERIO DE EXTERIORES