Intereses para inculpar a Dolores Vázquez

Esta a punto de cumplirse un año desde que la Audiencia de Málaga exculpó formalmente a Dolores Vázquez del asesinato de la joven Rocío Wanninkhof, hija de la que fuera su compañera sentimental durante más de diez años. A pesar de que Dolores Vázquez pasó dos años en la cárcel e incluso fue condenada por un jurado popular por un delito que no cometió y del que ya hay un autor confeso, con pruebas directas que lo inculpan, alguien no ceja en su empeño por amargarle la existencia, más aún de lo que lo ha hecho ya en los seis años transcurridos desde el crimen de Mijas. El último intento tuvo lugar hace caso dos meses cuando su excompañera sentimental dijo haber encontrado en la puerta de su domicilio una bolsa de supermercado que contenía un chaleco marrón, una chaqueta y una falda turquesa, una camisa blanca sin mangas y una camiseta interior. Aparte de la ropa, la bolsa guardaba una riñonera de color negro. Dentro de ésta había unas bragas blancas, una fotografía de Rocío tamaño carné, doce colillas mojadas envueltas en una bolsa y un cigarrillo partido de la marca Nobel. Además, había doce monedas de distinto valor en pesetas y un mechón de pelo enredado. En los últimos días se conoció un avance del informe realizado por la Guardia Civil del contenido de la bolsa en el que se revela que las bragas tienen ADN de la víctima, las colillas el de Dolores Vázquez y los pelos el de un tío del ex novio de Rocío. Fuentes de la Guardia Civil aseguraron taxativamente que el hallazgo no tiene ningún valor como prueba porque no reúne las garantías mínimas sobre su obtención. ¿Para que sirve esta ma-niobra macabra? Las fuentes consultadas más realistas lo tienen claro: «para subir el caché del tema en programas como «aquí hay tomate».