Asesinan a tiros a un abogado de narcos en plena calle

La policía no trabaja con otra hipótesis: el asesinato a tiros el jueves por la noche en Madrid del abogado penalista Rafael Gutiérrez Cobeño a manos de un sicario fue obra de un sudamericano, quizás contratado por grupos de narcotraficantes para un ajuste de cuentas. Las primeras investigaciones se centran en los últimos sumarios en los que el letrado participó, entre ellos alguno relacionado con narcotráfico. El fallecido fue durante tiempo el defensor de Carlos Ruiz-Santamaría, El Negro , el capo huido tras un error judicial de la Audiencia Nacional. También trabajaba en otros «casos difíciles», con importantes intereses económicos en juego a decir de algunos de sus compañeros de profesión, que no obstante aseguraron que nunca había recibido amenazas. Los agentes han descartado el móvil económico: el letrado llevaba encima 30.000 euros en billetes de 500, pero el agresor ni siquiera se molestó en acercarse a su víctima. El abogado, junto a su pareja Angustias Sánchez Pérez, viajaba en su coche. Cuando el vehículo redujo la marcha ante un semáforo en rojo, el sicario, a pie, se acercó por la ventanilla del conductor y comenzó a disparar a bocajarro. El pistolero vació su cargador: 15 disparos, al parecer realizados con un arma con silenciador. El letrado, que murió en el acto, recibió cuatro impactos en el rostro, en el corazón, en el pecho y en un brazo. Las balas también alcanzaron a Angustias Sánchez en el cuello, la mandíbula y el brazo derecho. Pese a la gravedad de las heridas, la mujer logró salir del coche y llegar a un bar cercano para pedir ayuda. Fue trasladada al hospital Gregorio Marañón, donde fue intervenida. Los médicos no temen por su vida.